Belleza desapasionada

"El día en que Johann Ulrich Voss y su equipo debían zarpar hacía Newcastle, en la primera etapa de su intento por cruzar el continente, un buen número de curiosos conocidos y desconocidos se congregó en el muelle. La mañana era serena y cristalina, si bien el viento había soplado casi sin descanso durante los tres días anteriores. Aquellos que entendían de esas cosas aseguraban que volvería a soplar por la tarde y que era muy probable que entonces el Osprey pudiera zarpar.
Aquella preciosa mañana todos se afanaban en los preparativos, aunque, ante la visión de las verdes aguas meciéndose plácidamente junto a los buques y los modestos botes auxiliares, no era difícil perder la fe en la furia del océano. La vida parecía compasiva. Nadie sería crucificado en los amables árboles plantados a lo largo de la costa en dirección norte. El paisaje resplandecía en una belleza desapasionada que encontraba su eco hasta en las tareas de los hombres."

(Voss, Patrick White, 1957)