En mitad de la Alcarria, en mitad de ninguna parte, se halla Barriopedro. Allí tienes que ir, porque en la carretera entre Brihuega y Cifuentes, a mitad de camino, has de desviarte por otra a la derecha. En un paisaje de pinos, chopos y robles, a la vera de un arroyo que desembocará unos kilómetros más allá en el río Tajuña (es una zona de pescadores muy interesante), se encuentra este pequeño pueblecito que tiene una interesante iglesia, la de Ntra.Sra. del Remedio, del s.XII cuya portada sur tiene una decoración típicamente alcarreña de entrelazo en las arquivoltas en degradación sobre los capiteles románicos de motivos vegetales. No es, desde luego, un románico deslumbrante. Se diría más bien un románico rural. Barriopedro fue aldea del mayorazgo del Conde de Cifuentes, que fue heredada por los descendientes. Actualmente habrá viviendo allí entre 20 y 30 personas. Tienen cereal, olivos y huertas con hortalizas. En febrero, el día de la Candelaria, los vecinos tienen costumbre de comer productos de la matanza y las típicas tortas de cañamones.
Conociéndote, seguro que departiste con alguno de los veintitantos vecinos de Barriopedro.
ResponderEliminarQué sensación tan especial debe ser arribar a un lugar tan sosegado in the middle of nowhere...
No siempre esperamos algo despampanante, lo sencillo te hace sentir en casa.
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