sábado, 24 de octubre de 2020

Cerca del río


Cercano al puente de la carretera que va de Pedrajas a Hinojosa de la Sierra (Soria), se disfruta de un agradable paseo a orillas del Duero. Todavía es un río joven, donde puedes meter los pies y refrescarte un rato mientras te sientas en el margen para dejar escuchar el rumor del agua y sentirte acompañado del inevitable vuelo de los mosquitos. 


Molinero es mi amante,

tiene un molino

bajo los pinos verdes,

cerca del río.

Niñas, cantad:

"Por las tierras de Soria,

yo quisiera pasar."

Por las tierras de Soria

va mi pastor.

¡Si yo fuera una encina

sobre un alcor!

Para la siesta,

si yo fuera una encina

sombra le diera.


Fragmento del poema Canción de mozas, incluído en el libro Canciones del Alto Duero, Antonio Machado, 1938.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Desde el cerro


El río Duero va camino de Garray (Soria) para encontrarse con el Tera y servir ambos de frontera natural del cerro donde está Numancia. Viene de hacer su trabajo en el pantano de La Cuerda del Pozo, un embalse de 2.176 hectáreas que da servicio a los habitantes de la zona.

Nos encontramos en la zona sur de la sierra de la Carcaña, en el llamado cerro del Cucurucho, entre bosques de encinas que, por su tamaño, aquí las llaman carrascas. Esforzando la vista se llegaría a ver la ciudad de Soria. El Duero nace en los Picos de Urbión, cerca de la localidad de Duruelo de la Sierra y, después de recorrer 897 kilómetros desemboca en Oporto (Portugal).

Perdices, ciervos, corzos, jabalíes, zorros y águilas son los habitantes de estos parajes. En el suelo crecen tomillos, brezos y aliagas. Es un tipo de superficie calcárea y pedregosa. Cuando el terreno es más propicio y es temporada, también salen setas de cardo.
 

martes, 20 de octubre de 2020

Camino

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas...!
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
"En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento
se queda mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

Fragmento de Soledades XI, del libro Soledades. Galerías. Otros poemas, Antonio Machado, 1907

Vivir es como caminar,  se disfruta el paisaje pero se siente una melancolía por el paso del tiempo, por las cosas que han salido mal, por la fugacidad de los momentos felices. El destino que el horizonte no enseña, es pura incertidumbre. Pero no queda más remedio que seguir disfrutando de las cosas pequeñas: una canción, el viento, fijarse en el color de los árboles. 

domingo, 18 de octubre de 2020

Terso y mudo


Es una tibia mañana.

El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.


Pasados los verdes pinos,

casi azules, primavera

se ve brotar en los finos

chopos de la carretera

y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.

El campo parece, más que joven, adolescente.


Fragmento de A orillas del Duero, Galerías. Soledades. Otros poemas, Antonio Machado, 1907.


Tramo del Duero entre Hinojosa de la Sierra y Garray (Soria). Acaba de pasar cerca de la Laguna de la Serna (con el agua sobrante se genera un humedal que sirve de hábitat para aves de paso y, también, para pasto de vacas) y se encamina a su primera gran aventura: frontera natural de la mítica Numancia. Juncos, nenúfares, chopos y encinas componen la sinfonía verde que da música al paseo matutino. Es un río casi recién nacido, nada que ver con el de Valladolid, el de los Arribes o el de Oporto. Un agua de esas de meterte los pies mientras te espantas las moscas. El río que luego dará nombre a un tipo de vino y será territorio de barcos navegables. Un caudal con futuro que, de momento, solo se adivina. 

sábado, 17 de octubre de 2020

Pico Frentes


 El Pico Frentes es una montaña de 1.375 metros de altura que se encuentra en la sierra del mismo nombre y que está a unos 8 kilómetros de la ciudad de Soria. En su falda se encuentra Fuentetoba, que tiene una cascada espectacular. Las paredes rocosas de estos entornos son propicias para practicar la escalada. 

Altivo Pico de Frentes;

macizo barco roquero,

embarrancado en el mar

verde de Valonsadero.

Si yo fuera capitán

en tu castillo de mando,

pronto levara tus anclas

para seguir navegando.

Navegando rumbo al cielo

por el mar de las espigas

sobre los trigos dorados

de los mares de Castilla.

Hermoso Pico de Frentes,

varado en un verde mar;

deja que suba a tu puente

para hacerte navegar.

(Virgilio Soria Montenegro, poeta soriano, 1895-1964)


miércoles, 14 de octubre de 2020

El carrascal


 Paseando por el carrascal, pisando hojas secas y descubriendo bellotas (todavía verdes), disfrutamos de las hijas de la encina, nacidas en los bordes del camino, como buenamente han podido, dando sombra y cobijo al caminante. Ramas caprichosamente dirigidas hacia los rayos de sol esperando el momento (¡ay, qué dolor!) en que una sierra la convierta en calor en el hogar para dar bienestar a quien pacientemente la ha transportado hasta su fuego.

 A veces los paseos son encuentros con uno mismo, lugar y tiempo para la reflexión, la relajación, la búsqueda y la aceptación. No hay paisajes perfectos, solo son válidos aquellos en los que uno se siente cómodo y reconocen los motivos de la elección. ¿Cuál es el mejor recorrido para reconocerse uno mismo?

martes, 13 de octubre de 2020

Molino abandonado


 

El molino del tío Nicolás tuvo trabajo hasta principios de los años sesenta del siglo XX. Los pueblos cercanos llevaban a moler su trigo y su cebada y él se quedaba una parte como recompensa de su trabajo. Ahora el agua que pasa por debajo no mueve ninguna piedra, ningún mecanismo que apriete los granos para conseguir harina y poder fabricar pan. Es el río Duero, en el trayecto que va desde Hinojosa de la Sierra hasta Garray (Soria). 


El molino ya no muele

Y el trigo no da su harina.

Por los cárcavos umbríos

El agua corre tranquila.

Las cucarachas del rodezno

No sienten golpes ni heridas.

El polvo cubre la tolva,

La gruesa piedra no gira.

El agua, por el suelillo,

Salta con dolor, perdida.

Entre juntos y adelfas,

Al pie de un monte de divas,

El molino abandonado

Llora sobre sus ruinas.


Fragmento de "Romance del molino que no muele", escrito por Gabriel Baldrich en 1937.

lunes, 12 de octubre de 2020

Icnitas en El Royo


 Las icnitas (huellas de dinosaurio) del yacimiento de El Royo (Soria) se encuentran en dos superficies rocosas en las que se han localizado 25 marcas y 4 rastros (secuencia de pasos). La peculiaridad del sitio es que se ven las huellas tanto cóncovas como convexas, ya que los sustratos donde pisaron los dinosaurios fueron bancos arenosos unas veces y arcillosos otras, con lo que el proceso de enterramiento y la evolución de la erosión para eliminar los sedimentos produjo este curioso resultado.


 Hay huellas de ornitópodo (pies con tres dedos) y de terópodo (marcas más lineales) que deambulaban por aquí en el Cretácico inferior, hace 140 millones de años. Nos encontramos en el Cerro de Santiaguillo, que mira hacia el valle del Duero. 

domingo, 11 de octubre de 2020

Quercus ilex


La encina o carrasca que vemos, denominada en botánica Quercus ilex, debe de tener más de mil años. Se trata, pues, de una Carrasca Milenaria (que es como se le conoce en la zona). Tiene sus raíces en una suave sierra desde donde (si buscas la posición) puedes contemplar el río Duero cuando va tirando hacia Garray (Soria). 


¿Qué tienes tú, negra encina

campesina,

con tus ramas sin color

en el campo sin verdor;

con tu tronco ceniciento

sin esbeltez ni altiveza,

con tu vigor sin tormento,

y tu humildad que es firmeza?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

Fragmento de Las Encinas, de Antonio Machado, del libro Campos de Castilla. 


Todos los misterios del mundo se ven, se huelen, se tactan, se escuchan y se saborean en su grueso e irregular tronco esculpido por el trabajo callado de los vientos, las lluvias y las nieves. En el ambiente mágico de los bosques, la encina es la guardiana de los conocimientos ancestrales y tiene capacidad de generar protección.