martes, 31 de julio de 2012

Banteay Samré



Construído en el s.XII por Suryavarman II es un templo precedido de un gran patio (al que guardan dos hermosos leones) y en cuyo interior, de planta cuadrangular, destacan sus dos bibliotecas y un santuario central en el que un monje te bendice con un cántico y te coloca una pulsera de lana de color naranja mientras te rocía con agua bendita, en un entorno de espiritualidad que presiden las paredes decoradas de sus enormes muros. Está un poco más alejado que los demás y, al no tener demasiadas visitas, nos pareció un escenario más íntimo y misterioso. Nos dijeron que era conocido como la Ciudadela del Garrulo (en en el sentido de hombre paleto y campechano, hay una leyenda que dice que un agricultor mató al aspirante al rey) y, visitado el último, se convirtió pronto en uno de nuestros favoritos.
Banteay Samré está rodeado de un doble muro, tiene galería porticada y cuatro pabellones en cada una de sus cuatro puertas. Hay mucha decoración de escenas del Ramayana, la epopeya hindú.
Santificados y purificados, todavía recordamos ese santuario que se elevaba como una flor de loto rodeado de sus cuatro puertas bellamente adornadas.

lunes, 30 de julio de 2012

Banteay Srei


Pequeño templo pero de sorprendentes relieves en sus muros, es conocido como la Ciudadela de las Mujeres, ya que el rey Jayavarman V confió su construcción a finales del s.X a trabajadoras que, requiriendo menos esfuerzo para la manipulación de grandes moles de piedra, se centraron en edificar un entorno plagado de decoraciones en sus pórticos, torres y santuarios. Simbolismos y tallas que rememoran a Shiva, el dios destructor de la trinidad hindú.
El material de la piedra es de arenisca roja, lo que permite esculpir muchos detalles en lo que podrían ser hermosos paneles decorativos de historias y leyendas. No es uno de los templos más grandes de Angkor pero su delicado trabajo le ha llevado a ser conocido como la Pequeña Joya Jemer.
Los dinteles y los tímpanos de las fachadas contienen elefantes, apsaras (bailarinas) y dioses meditando, todo ello rodeado de filigranas vegetales que enmarcan los motivos dibujados.
Banteay Srei tiene una estructura cuadrangular rodeada de un muro externo y un foso y consta de muro interior, santuario central, torres centrales y dos bibliotecas. Unas figuras de monos sentados con gorros y alas haciendo grupo, vigilan los edificios.

viernes, 27 de julio de 2012

Ta Prohm


Construído por Jayavarman VII en honor de su madre a finales del s.XII, este templo tiene la peculiaridad de que apenas ha podido ser desbrozado debido a la cantidad de árboles que han crecido sobre sus muros. Las enormes raíces han penetrado de tal forma en los edificios que, parece ser, retirarlas dañaría irreversiblemente la estructura de los muros. Sin embargo, esta invasión de la naturaleza es un aliciente más para visitar este templo (actualmente en proceso de restauración con un equipo de arqueólogos de la India).
Inscripciones en sus paredes permiten aclarar detalles sobre su construcción. Tiene un solo nivel con un gran patio central donde, por una puerta en galería, se accede al santuario central. Numerosas apsaras o bailarinas decoran muchos rincones de este templo, con corredores caídos que, poco a poco, van siendo levantados de nuevo.
Aquí se rodó una de las escenas más famosas de la película "Lara Croft: Tomb Raider", protagonizada por Angelina Jolie.

miércoles, 25 de julio de 2012

Mebon Oriental


Construído a finales del s.X durante el reinado de Rajendravarman II, de algún modo marcó la pauta para construir templos posteriores ya que, edificado sobre un terreno pantanoso que se encargaba de mandar agua a la zona, pronto se convirtió en un lugar al que siempre había que ir en barca. El propio rey, diez años más tarde, contruyó otro igual a 500 metros.
Tiene tres plataformas superpuestas coronadas en su nivel superior por las cinco torres simbólicas del Monte Meru, con la peculiaridad de que, por la época de la que hablamos, fueron construídas a base de ladrillos y laterita. Estuvo dedicado al dios hinduísta Shiva y todavía pueden contemplarse en sus paredes los agujeros que, en su época, sostenían miles de piedras preciosas.
Estatuas de piedra de elefantes están colocadas estratégicamente en las esquinas, así como esculturas de leones en las escaleras, que hacen la función de vigilantes del templo. En el momento de nuestra visita un grupo de personas estaban sentados en el exterior alrededor de unos platos de comida (una cabeza de cerdo, unos plátanos, trocitos de sandía, arroz) entonando unos cánticos y oraciones. Dentro del templo, grupos de niños subían y bajaban las escaleras animadamente, jugando a la vez que rindiendo homenaje a las piedras de sus antepasados. Unos cocos en los que estaban clavadas unas varitas de incienso, velas y hojas a la manera de ofrendas, estaban colocados junto a los leones.

martes, 24 de julio de 2012

Preah Neak Pean


Es un curioso monumento conocido como el Templo de las Serpientes Entrecruzadas y que resulta ser un gran estanque cuadrangular rodeado de cuatro piletas de menor tamaño orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. Construído a mitad del s.XII por Jayavarman VII, fue consagrado al momento en que Buda alcanzó el Nirvana. De esta forma, el estanque actúa de piscina purificadora (como si fuera un lago del Himalaya) y los cuatro compartimentos de alrededor se cree que estaban repletos de plantas medicinales con propiedades curativas (bien por ingestión directa o aplicadas como bálsamo en el cuerpo). En los distintos estanques hay una figura con cabeza de caballo, de elefante, de león y una cabeza humana. En cada uno de estos cuadrados hay una especie de capilla o pequeño templo. En el monumento del cuadrado central se encuentran las nagas (serpientes) que entrelazan sus colas rodando la construcción (al modo de una isla circular).
Actualmente la entrada al templo está clausurada por las lluvias de la última temporada que han perjudicado los itinerarios que se pueden visitar. Pero incluso contemplado a distancia, el lugar lanza la vibración de un espacio dedicado a la meditación y al descanso.

lunes, 23 de julio de 2012

Preah Khan


Conocido como el Templo de la Espada Sagrada, fue construído por Jayavarman VII en honor de su padre. La selva también ha entrado en su estructura, dañando sus paredes y destruyendo sus muros. Las raíces de los pequeños matorrales nacidos en la tierra acumulada en las junturas de las piedras, se han convertido con el paso de los siglos en robustos troncos que aplastan el peso que sostiene las estancias. Su diseño es de corredores y patios interiores que llevan a un santuario central del que parten cuatro galerías hacia los distintos puntos cardinales. Altas torres se alzan como elemento arquitectónico igualmante señalando esos puntos. En sus pasillos aparece la representación del lingam, que no es otra cosa que el falo sagrado del dios Shiva (colocado en una plataforma cuadrada que viene a ser el sexo femenino).
Preah Khan fue lugar de culto y oración, y también centro de estudios, ya que tiene bibliotecas, y su construcción data de finales del s.XII. Dioses y diablos tiran de la serpiente en una lucha interna por mantener el equilibrio del universo (en el camino de entrada al templo). En el interior del santuario una estupa (monumento a los muertos) sustituye a la estatua original que hubo en el lugar. Imágenes de apsaras (bailarinas) aparecen esculpidas en las paredes.
Preah Khan está situado en la zona de los templos de Angkor y no hay que confundir con el sitio arqueológico de igual nombre situado en el norte de Camboya (a 120 kilómetros de Siem Reap).

viernes, 20 de julio de 2012

La Terraza del Rey Leproso


Es una plataforma situada al norte de la de los Elefantes, a la manera de continuación, y de dimensiones más reducidas (unos 25 metros) pero, sin embargo, tanto en su exterior como en sus muros interiores (cuando te pierdes entre sus estrechos corredores) hay unos relieves que cuentan escenas cotidianas de la vida del rey y de los personajes que le rodeaban. Un mundo oculto, un viaje con pistas gráficas de personas y actitudes, adquiere protaganismo cuando atraviesas en silencio ese pasadizo interior. La Terraza del Rey Leproso se llama así por la escultura (desnuda y sin sexo) que vemos arriba y que es una réplica de la que se conserva en el Museo Nacional de Phnom Penh, que representa al rey Jayavarman VII.
Una leyenda cuenta que hubo un ministro que se negó a postrarse ante el rey y entonces éste le golpeó por la espalda y, al hacerlo, la saliva venenosa del ministro cayó sobre el rey y lo convirtió en leproso. Se cree, pues, que el rey padeció la lepra y por eso se dedicó en vida a fundar muchos hospitales.
La terraza fue sala de audiencias del rey (hay leones, garudas y serpientes con múltiples cabezas en sus muros). Por una inscripción encontrada en la estatua original se cree que representa al dios de la muerte, por lo que también esa plataforma podría haber tenido uso para crematorio de restos funerarios. La estatua imagina al rey con el cuerpo en reposo pero con el alma en tensión. Incluso se pueden adivinar los dientes de la boca.
El pasillo con las paredes esculpidas de figuras que se encuentra entre el doble muro viene a representar el inframundo que se oculta bajo el sagrado Monte Meru.

jueves, 19 de julio de 2012

Phimeanakas


De todo lo que fue el Palacio Real, Phimeanakas (Templo en el Aire) es lo único que queda del recinto de finales del s.X, principios s.XI (la época de Suryavarman I, que convirtió el lugar en sede imperial) porque las viviendas eran de madera y el bosque acabó con todo. Este templo recrea la leyenda que cuenta que en su cúspide había un enorme pináculo de oro donde el rey de Angkor acostumbraba a dormir con el espíritu de la serpiente sagrada. Cuando hoy llegas por la empinada escalera, una señora te ofrece una varita de incienso y te echa una bendición.
Es el templo más alto escalable de todo Angkor Thom, lo que permite una interesante vista desde arriba (sobre todo después de haberle dado la propina a la señora de la bendición, que justifica el disfrute). Se trata de una construcción de laterita, de forma piramidal, con acceso por estrechos escalones en cada uno de sus cuatro lados, enmarcados por esculturas de leones. Hay una calzada que lleva desde la Terraza de los Elefantes hasta el acceso principal de este lugar.

miércoles, 18 de julio de 2012

La Terraza de los Elefantes


Es una plataforma de 300 metros decorada con elefantes de todas las formas posibles: de frente, de lado y de perfil. Los que están esculpidos de frente tienen la peculiaridad de tener en relieve unas estupendas trompas, algunas de ellas sosteniendo flores de loto en el extremo. Mediante un par de escalinatas se accede a los tres niveles de los que consta, donde nos esperan unas tallas de leones que coronan la vista. Desde este lugar el rey dominaba la explanada donde se celebraban los desfiles conmemorativos, los actos ceremoniales para celebrar la victoria en las batallas. También en los muros de la terraza se pueden apreciar garudas, aves mitológicas con poderes mágicos.
La Terraza de los Elefantes pertenece a la época de Jayavarman VII (finales del s.XII, principios del s.XIII) y está situada en Angkor Thom en lo que sería la entrada oriental, denominada Puerta de la Victoria. Las entradas de la ciudad miden veinte metros de altura y tienen esculpidas en sus piedras las caras de la divinidad budista. En la ciudad había 5 entradas como ésta.

martes, 17 de julio de 2012

Bayon


A finales del s.XII, principios del s.XIII, el rey Jayavarman VII instaura un nuevo culto oficial a favor del budismo mahayana, en el que se venera a Avalokiteshvara, el buda de la compasión, y en mitad de la nueva ciudad construye el templo Bayon, con sus 54 majestuosas torres con el rostro del nuevo dios esculpido en las piedras.
Desde el exterior, Bayon es una masa rocosa compacta, pero según se va penetrando en sus tres niveles, se descubre una armonía simétrica perfecta. El combate entre los camboyanos y el pueblo Cham está magníficamente descrito en los bajorrelieves de sus muros. En el santuario principal, que es la atalaya central del recinto, la efigie del dios (con curioso parecido al rey) representando la actitud del rostro en cada uno de los cuatro puntos cardinales hacia los que va dirigida la torre y mostrando, de esta forma, cuatro gestos humanos que describen la actitud del budista: compasión, simpatía, ecuanimidad y caridad.
Si multiplicamos las 54 torres y las 4 caras de cada lado, obtenemos el resultado de 216 rostros esculpidos en las piedras.
Bayon es el monasterio principal del recinto denominado Angkor Thom, la última capital del Imperio Jemer, al que se accede a modo de puente o pasarela por una calzada ornamentada, igualmente, con 54 esculturas de dioses (a un lado) y otras tantas de demonios (al otro), aferrados en ambos casos a sendas nagas (serpientes).

lunes, 16 de julio de 2012

Angkor Wat



Templo del s.XII construído por Suryavarman II situado en mitad de un foso artificial de forma cuadrada y un muro de 1.200 metros de largo por 800 de ancho. Consta de 3 niveles que rodean un patio interior y en el último piso hay 5 torres (una central de 55 metros de altura y cuatro que le rodean, y que simboliza el Monte Meru y sus picos). En los pasillos de sus laberínticas dependencias hay bajorrelieves que representan escenas de la mitología y poemas épicos hinduístas: batallas, desfiles de ejércitos, el cielo y el infierno, dioses del bien y del mal enfrentados (utilizando una serpiente como tira y afloja para batir el Océano Lácteo y obtener el elixir de la inmortalidad). La puerta principal de Angkor Wat tiene una calzada de 475 metros y está decorada en ambos lados con una balaustrada en forma de serpiente sostenida por dioses y demonios (según el lado). En los márgenes, dos bibliotecas y dos estanques ceremoniales.
Angkor Wat es la concepción de un templo-montaña en cuyo santuario central se eregía una monumental estatua de oro del dios Vishnú con los rasgos del rey constructor del templo, desplazando así el liderazgo que hasta entonces había tenido Shiva en la espiritualidad oficial del reino.
La silueta de Angkor Wat aparece en la bandera de Camboya.

domingo, 15 de julio de 2012

Los Templos de Angkor


Todo el mundo viaja a algún lugar por un motivo concreto. Nuestro viaje a Camboya tenía un único objetivo: conocer y, sobre todo, sentir los templos de Angkor. Un lugar lejano, mágico, misterioso, espiritual, exótico y muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver por aquí.
Angkor es un área de 400 kilómetros cuadrados que cuenta con 1.000 estructuras diferentes, de las que 100 son templos. Porque los monumentos religiosos los construyeron en piedra y eso es lo que hizo que se conservaran a lo largo de los siglos. Sus edificaciones muestran la evolución del Imperio Jemer, desde su fundación en el s.IX hasta su declive en el s.XV.
Hasta mediados del s.XIX (que fueron redescubiertos por los franceses) Angkor permaneció olvidado en mitad de la selva. Henri Mouhot, en el año 1868, publica Voyage a Siam et dans le Cambodge, que alcanzó tal notoriedad en Francia, que se le ha llegado a reconocer como el descubridor moderno de Angkor. Desde 1992, está declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Tenemos que volver. Solo nos dio tiempo a visitar 11 lugares de este maravilloso entorno.

viernes, 6 de julio de 2012

Destino Phnom Penh


Los cielos grises de Phnom Penh anuncian la lluvia que cada día cae, generalmente a la misma hora, y que es siempre bien recibida en aquellos lejanos lugares donde todo lo que viene del cielo es bendecido como regalo de los dioses. Frente a los jardines del Palacio Real, los jóvenes (toda Camboya es una nación de jóvenes) pasan la tarde sentados en el bordillo del césped -porque no está permitido pisar la hierba- y es en ese breve espacio físico entre baldosa y tierra donde se halla la felicidad de una población que trabaja, estudia, se mueve en moto, baila en las plazas públicas al atardecer, habla inglés perfectamente, juega al fútbol, se monta picnis en cualquier sitio, sonríe a todas horas y te pregunta de dónde eres en un afán necesario de saber cosas del mundo, de ese mundo al que ellos ahora abren las puertas de sus bares con cerveza y de sus templos hinduístas y budistas, de sus pagodas de oro y plata y sus mercados de montañas de fruta, en un entorno natural y espiritual donde notas que, verdaderamente, estás en otra parte.