jueves, 31 de enero de 2019

Museo del Diseño


El Museo del Diseño de Barcelona reúne colecciones de artes decorativas, textiles, artes gráficas, diseños de productos y elementos de moda. El objeto en sí mismo es el protagonista de lo que aquí se muestra. Desde el s.III (tejidos coptos encontrados en excavaciones de Egipto) hasta nuestros días (la mascota Cobi). Una silla, una batidora, una bicicleta, una lámpara, un abanico, un biombo, un vestido, un vaso o un cartel. Son cuatro las exposiciones que se muestran, una por cada planta del museo: El diseño de productos entendido como patrimonio cultural (el exprimidor Citromatic creado en 1970 por Gabriel Lluelles Rabadá), las colecciones de artes decorativas (un mueble con cajones decorado con temática de El Nacimiento y la Epifanía del s.XVI), la historia y evolución del vestido (un vestido de corte francés del s.XVIII) y la explosión de la comunicación visual de finales del s. XX (cine, publicidad, portadas de libros). El museo fue inaugurado en 2014 y es obra del equipo de arquitectos MBM Arquitectes. Se encuentra en la Plaça de les Glòries, muy cerca de la famosa Torre Glòries (creación de Jean Nouvel).

Atravesando la plaza (enorme) se llega a la calle Aragò donde está Bodega Carol, donde te ofrecen un torrezno de Soria, una ración de queso manchego y una copa de tinto garnacha Ulldemolins (D.O. Montsant), sobre un barril y acomodado en un taburete (entonces te sientes el rey del diseño del buen vivir).

martes, 29 de enero de 2019

Colonia Güell


La Colonia Güell se encuentra en Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) y es otra de las joyas que los aficionados a la arquitectura de Gaudí no deben perderse. En 1890 el empresario Eusebi Güell decide alejar su producción textil de los conflictos sociales del centro de Barcelona y crea una colonia industrial compuesta de la propia fábrica y de las viviendas de los obreros. Estuvo funcionando hasta 1973 y se especializó en panas y terciopelos. Hoy día la colonia conserva el ambiente de pueblo tranquilo donde se puede apreciar la huella de la vida cotidiana de los hombres y mujeres que la habitaron. En el recorrido se puede contemplar: bodegas de la cooperativa, la casa del secretario, centro cívico, el ateneo, la escuela y la casa del maestro, la casa del médico, el depósito de agua, masías, el recinto industrial (que no se visita) y la iglesia (foto), que resulta ser una espléndida cripta con un porche fascinante donde dejó volar la imaginación el citado Gaudí. Encima de la cripta estaba proyectado edificar una planta, pero no se construyó.

Un lugar estupendo para comer es El Capritx donde tienen un menú que, por elección, fue: canelón de setas con crema de boletus y parmesano, wellington de ibérico y castañas con guarnición de trinchado de garbanzos y rebozuelos y flan. Con copa de Roca i Mora (D.O.Catalunya), la cosa salió por 23,10 euros.

martes, 22 de enero de 2019

Ermita rupestre de Arroyuelos


Nuestro viaje a Cantabria terminó sumergiéndonos en el s.X. Visitamos en Valderredible la iglesia rupestre de Arroyuelos, que resulta ser una cueva de dos pisos con construcciones de arquitectura mozárabe. Aquí vemos en su interior el arco de herradura, que es donde remata la cabecera de la planta y dos ampliaciones con arcos de medio punto que descargan en un pilar cuadrado central. A lo largo de la nave aparece el elemento de banco corrido, muy característico de estas construcciones. La planta superior tiene una especie de tribuna (con posibilidad de otro piso dadas las marcas que indicarían otra elevación de madera). La iglesia está dedicada a los mártires cordobeses Acisclo y Victoria y se encuentra en un lugar elevado desde donde se divisa la colegiata de San Martín de Elines (a escasos dos kilómetros) y el valle del Ebro. No es la única ermita rupestre que hay en la zona.

Cuatro colegiatas románicas, pueblos medievales, una ciudad con museos y bares, acantilados vertiginosos, cuevas prehistóricas y una estela celta. Apasionante Cantabria.

jueves, 10 de enero de 2019

San Martín de Elines


En Valderredible (agrupación de más de 50 municipios cántabros por donde corre el río Ebro y cuya capital es Polientes), se encuentra la pequeña localidad de San Martín de Elines, que tiene una colegiata románica espectacular. Unos arcos mozárabes y unas ventanas indicarían que ya en el s.X había allí algún lugar de culto construído. Lo que vemos ahora es del s.XII, aunque tiene un claustro que pertenece ya al XVI. En este claustro hay un sarcófago con una larga espada y una inscripción que cita el año 1231, creyéndose que se trata de un caballero peregrino de Santiago. El templo tiene única nave con presbiterio y ábside (canecillos -algunos eróticos- en el exterior y pintura románica -dos apóstoles- en el interior). Tiene también un gran campanario cilíndrico. En su interior es el tambor del ábside lo más interesante: tiene dos pisos de arquerías de medio punto sobre columnas. Cinco arriba (tres son ventanas) y cuatro abajo. En este monasterio se escribió en el s.XIV (por un monje anónimo) el Libro de miseria de omne, obra del mester de clerecía que reflexiona sobre el pesimismo humano. Roberto fue la persona que nos explicó la colegiata y la manera en que nos contó las historias allí acontecidas nos dejó un buen recuerdo de nuestra visita.

Justo enfrente de la colegiata está el bar Noa, donde nos prepararon en la terraza una estupenda comida mientras esperábamos a que llegara Roberto para abrirnos la iglesia. Pechugas de pollo a la brasa con huevo y patatas fritas (las patatas de Valderredible son famosas en toda España), ensalada, cerveza y café. Robles y manzanos rodean el paisaje de la colegiata.

martes, 8 de enero de 2019

Limpias


Dos fueron los motivos por los que nos acercamos a Limpias (Cantabria): un cristo y un chocolate. En el bello barrio de Rucoba se encuentra la iglesia de San Pedro, una construcción del s.XVII con interesante fachada (barroca) y un hermoso retablo en el altar mayor (rococó), con la imagen del Cristo de la Agonía (a la que se le atribuyen numerosos milagros). Es una talla de madera policromada, del s.XVIII que llegó a Limpias procedente de Cádiz, después de detener allí una inundación. El Cristo tiene a sus lados a San Juan y a la Dolorosa. Fue don Diego de la Piedra (caballero de la Orden de Santiago) quien mandó traer esta imagen a su villa natal.

Después, otra maravilla: un chocolate con picatostes en el bar Hermi. La textura y sabor de estos deliciosos trozos de pan frito (mojado en el chocolate a la taza)  nos dio la razón en las sorpresas que te pueden dar pueblos escondidos o poco conocidos. Por aquí pasa el río Asón, que desemboca en el Cantábrico. Tradicionalmente Limpias ha tenido manantiales y fuentes de agua con excelentes propiedades, posiblemente de ahí le venga el curioso nombre al lugar, enclavado en un hermoso valle.

miércoles, 2 de enero de 2019

Santoña


Santoña (Cantabria) es el pueblo de las anchoas por excelencia. Como está en una marisma, casi todo está rodeado por el mar. Allí se visita la iglesia de Santa María del Puerto y la Plaza del Peralvillo. En la iglesia, del s.XIII (reformada en el XVI) hay unos curiosos capiteles historiados y una hermosa pila bautismal. Destaca el fascinante retablo de San Bartolomé, de estilo flamenco, que son tablas pintadas hacia el 1500 por Petri Nicolai Morauli, de Brujas. En la Plaza del Peralvillo hay una escultura de una señora que lleva un recipiente en la cabeza y, también, algunos bares interesantes. En el paseo marítimo hay un monumento a Juan de la Cosa (1460-1510) navegante que dibujó un histórico mapamundi.

En Casa Emilia, un restaurante situado al lado de la Plaza de Toros, puedes degustar una ración de sardinas asadas, unos mejillones al vapor y unas rabas, con copa de albariño, botella de agua y tarta de queso, sale a 47 euros dos personas. En la misma calle hay una tienda para comprar las anchoas de la misma marca del restaurante.

martes, 1 de enero de 2019

Santa María de Bareyo


Santa María de Bareyo es una de las joyas románicas que puedes encontrar en los recorridos por las fascinantes tierras cántabras. Situada en la localidad de Bareyo (Cantabria) es una construcción del s.XII con evidentes influencias mozárabes. Enclavada en una suave loma, cerca del mar (a la altura del cabo de Ajo) y de Santoña, parece ser que su origen fue un monasterio allá por el s.IX como consecuencia de cierta política repobladora. En los s.XVI y XIX hubo añadidos en las inevitables reformas y ampliaciones. Hoy observamos una única nave de crucería. Tras el arco triunfal vemos una bóveda y, en su hemiciclo absidial, dos registros de arcos de medio punto con elegantes columnas y capiteles. En una de las columnas de la galería está adosado un personaje con ropa de época (¿podría ser el propio arquitecto?). Decoraciones geométricas y rostros aparecen por cualquier lado que te fijes. 

También es muy interesante la pila bautismal (dos leones que devoran a una persona y decoración de entrelazado tipo "nudo de Salomón") colocada en el cuerpo bajo la torre y, en el exterior, la belleza de su ábside dividido en tres partes con sus correspondientes ventanales (uno cegado).