Uno de los monumentos naturales más interesantes de Galicia es la playa de unos 1400 metros que se encuentra en la provincia de Lugo, entre Foz y Ribadeo. Su nombre oficial es Aguas Santas, pero todo el mundo la conoce como Playa de las Catedrales, por las curiosas formaciones que el oleaje ha creado en las rocas, unos arcos de unos 30 metros de altura que recuerdan los arbotantes de una catedral.
Grietas, socavones, bóvedas, galerías y cuevas se van alternando en un laberinto de recovecos mágicos que se pueden conocer caminando si la altura del mar así lo permite, porque en cuestión de minutos, la marea te puede dejar aislado.
Muy cerca de allí, hay un lugar maravilloso para comer. Se trata de El Último Cuplé. Un restaurante en San Miguel de Reinante que tiene un menú de 9 euros consistente en: guiso de judías, carrilleras de ternera, tarta de queso, pan y vino (había otras opciones). Continuando la ruta, te encuentras el castro de Fazouro, justo al borde del mar. Se trata de un poblado datado entre los siglos I y III d.C. en el que se han excavado unos 700 metros cuadrados en una pequeña península. Son viviendas de planta cuadrada con hogares para hacer el fuego. Se encontraron una moneda de Antoniano y una fíbula de bronce que han servido para definir la época en la que se habitó.
Qué raro que Sara no me hablara de esto. A ver si se pasa la veraneada general y me escapo por esos nortes.
ResponderEliminaresta serie de posts me están provocando una sensación extraña. seguimos todos conmocionados.
ResponderEliminares un homenaje a la mágica Galicia.