miércoles, 3 de agosto de 2016
El Domus de Braganza
Además de lo bien que comimos en el Solar Bragançano (caldo verde, ternera a la mirandesa y pudin Abade de Baçal), uno de los recuerdos más entrañables que nos trajimos de la ciudad de Braganza (Portugal) fue la visita al Domus Municipalis en La Ciudadela. Se trata de un edificio románico del s.XIII con una doble función: por un lado es una cisterna (recogida de aguas pluviales en la zona baja) y, por otro, una sala de reunión de las autoridades (en la parte alta, con un banco de piedra que recorre todo el perímetro interior). Es uno de los pocos edificios civiles de esa época que se conservan en toda la Península Ibérica.
Tiene forma de pentágono irregular y sus fachadas tienen unas medidas (desde 14 a 3 metros) de acuerdo al aire más frío o caliente que llega a la zona (la parte más alta de la ciudad). Se entra por un estecho callejón de apenas 1 metro de ancho que hay entre el edificio y la iglesia de Santa María (construída para hacerle sombra al enigmático edificio).En el exterior y en el interior hay canecillos que representan motivos vegetales, caras redondeadas o cabezas de animales parecidos al lobo. Por unos escalones se sube a la parte superior cuyo pavimento resulta ser, lógicamente, la bóveda de la cisterna de la parte inferior. Toda la construcción es de granito. Parece ser que a principios del s.XVI fue remodelado y que su uso real como Cámara Municipal no llegaría hasta esa fecha (de acuerdo a las memorias de la época de Martim Ames que recoge el famoso arqueólogo local, el Abade de Baçal, sí, el que da nombre al delicioso pudin de huevo).
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Curioso lugar.
ResponderEliminarQue bueno sería que los miembros de la Iglesia volvieran a la repostería. Y ya.