lunes, 30 de junio de 2025

El infinito en un junco


Se trata de un ensayo sobre cómo nacieron y se propagaron los libros en la época de Grecia y Roma. Historias que viajan en relatos orales, inscripciones en piedra, barro, papiros o códices. Irene Vallejo (Zaragoza, 1979), es filóloga clásica y nos lleva a la biblioteca de Alejandría (allá por el 331 a.C.) y a las termas de Caracalla (212 d.C.), auténticos templos del saber. Nos presenta a Homero, Sócrates, Aristóteles, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Juvenal, Catulo, Marcial (de Bílbilis, en Hispania), Tito Livio y Ovidio. También es una carta de amor al hecho de escribir y leer.

"La ciudad de las veintinueve bibliotecas: un catálogo de los edificios emblemáticos de Roma fechado en el año 350 menciona esa cifra precisa. Fuera de la capital, en cambio, es difícil seguir rastro de los libros. Solo poseemos informaciones caprichosas, incompletas, a veces desconcertantes. En Pompeya los arqueólogos han descubierto restos de una sala de lectura. Una inscripción de la de la ciudad de Comum -hoy Como- recuerda que el escritor Plinio el Joven donó a su ciudad de origen una biblioteca y la suma de cien mil sestercios para mantenerla."

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