A finales de abril de 1907, Antonio Machado llega en tren a Soria para tomar posesión de su cátedra de Lengua Francesa en el Instituto General y Técnico. El poeta se hospeda en la pensión que dirigen, en pleno centro de la ciudad, el matrimonio formado por Regina Cuevas e Isidoro Martínez. En medio de la calle más popular de Soria- la que va de la Dehesa a la Plaza Mayor- se encuentra el edificio que queda muy cerca de la calle Instituto (a dos minutos caminando de su lugar de trabajo). Allí viven también otros profesores y profesionales de cierta categoría. Se publicaban en la ciudad varios periódicos dos veces a la semana (El Avisador Numantino, Noticiero de Soria y Tierra Soriana) y había dos centros de reunión: el Casino Numancia para los señoritos y el Círculo de la Amistad para la gente llana (al otro lado de la calle y que posteriormente se unirían). A finales de diciembre Machado se traslada a la pensión de la hermana de Regina, Isabel Cuevas, que estaba en la calle Estudios y donde conocería a la hija de ésta, Leonor.
La pensión de El Collado la ocupaban catedráticos, médicos y delineantes. En este Collado, 34 de hoy (que luce en su fachada un azulejo con el número 50 de ayer, y que debió ser el 54 que citan otras fuentes) estuvo la pensión de la que hablamos. Es el lugar donde se encuentra, que es a lo que vamos, el entrañable bar Torcuato, referencia inevitable de las cañas y de los pinchos de escabeche y de las banderillas de pepinillo y anchoa, donde tradicionalmente se reunían en sus puertas los jueves por la mañana todos esos hombres de la provincia que habían venido al mercado de la capital a sus asuntos. Era la época en que la barra estaba en el otro lado, ya que hoy día el Torcuato, totalmente reformado, luce nueva cara justo en el centro de la popular calle soriana.
Qué sería de Soria sin Machado. Bueno y sin Jaime Urrutia.
ResponderEliminarSoria y Machado, Machado y Soria, esto es como Isabel y Fernando.
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