En la calle Balmes, 48 de Barcelona se encuentra en el lugar donde antes hubo unos almacenes textiles, el Museo del Modernismo Catalán. Es un edificio proyectado por Enric Sagnier entre 1902 y 1904. En la planta que da a la calle y también en el sótano abovedado, alrededor de 1.000 metros cuadrados en total, asistimos al desfile de maravillas de Antoni Gaudí, Ramon Casas, Josep Llimona, Joan Busquets, Gaspar Homar, Joaquim Mir y Eusebi Arnau, entre otros autores que supieron dar con sus muebles, cuadros, esculturas, vidrieras y espejos un aire de distinción en las casas burguesas catalanas de principios del s.XX. Sillas, mesas, biombos, vitrinas, camas, paragüeros dan paso a una zona más íntima donde se pueden apreciar cuadros como Dos niñas riendo (Pere Borrell del Caso, 1880) o Las cuatro estaciones (Gaspar Campos, 1907). Los secretos de los cuadros aparecen descubiertos gracias a la técnica de la reflectometría infrarroja, que permite ver la idea del boceto y la evolución de la obra con los retoques. La escultura de terracota policromada Herido (Enric Clarasó, 1903) que muestra a un niño con la mirada baja es una pequeña gran joya.
¿Y cómo es que yo no coozco este museo? Esto lo arreglo yo estas navidades que voy a andar por ahí. Gracias.
ResponderEliminarUn lugar poco conocido y peor promocionado.
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