lunes, 10 de febrero de 2014
Santa Cristina de Ribas de Sil
El pequeño monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil (Ourense) tiene su origen en los asentamientos eremitas de la histórica Rivoira Sacrata, esos lugares escondidos de meditación y oración. Hay testimonios escritos de que este lugar ya existía en el s.X. En el XII pertenecía a la orden benedictina, que trabajaron la zona en actividades agrícolas, especialmente vid y castaños. De finales de ese siglo es la iglesia. En el s.XVI pierde privilegios, se reconstruye el claustro y se decoran los ábsides de la iglesia con frescos. Con la desamortización de 1835 pasa a manos particulares. Es un templo de cruz latina con una única nave longitudinal (dividida en cinco tramos por arcos de medio punto) y otra transversal (el crucero está cubierto de bóveda de medio cañón apoyado sobre arcos que descansan en columnas con capiteles decorados). La cabecera tiene tres ábsides, albergando cada uno una capilla.
En ángulo recto a la fachada de la iglesia (dos cuerpos separados por cornisa, arriba rosetón y abajo puerta con arquivoltas y ajedrezados) se entra al monasterio con portada con decoración en zigzag y hojas de col (foto). Se conservan dos alas en las que se abren las galerías del claustro. La torre está rematada en almenado y cubierta con una especia de pirámide. Llama la atención un capitel con dos hombres-pájaro entrelazados por sus colas con curioso simbolismo. Santa Cristina está a 4 kilómetros de Parada de Sil y encontramos un árbol en el que la gente dejaba mensajes, objetos y figurillas.
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La Iglesia y Dionisio siempre de la mano.
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