sábado, 22 de marzo de 2014

Café Royalty


El Café Royalty de Cádiz es uno de los últimos cafés románticos que quedan en España. Abierto en el año 1912 por el empresario Gómez Doreé (con la idea de conmemorar el centenario de la constitución de las Cortes de Cádiz), fue durante muchos años lugar de encuentros de escritores, intelectuales, políticos, músicos y artistas. Manuel de Falla entusiasmaba a los clientes con algún que otro concierto. Abandonado después de la Guerra Civil y utilizado como almacén, en el año 2012 sus nuevos propietarios, la familia De la Serna Martín, lo reinaugura con el mismo esplendor: pinturas al fresco de Felipe Abárzuza (gaditano, que también tiene trabajos en la capilla del Hospital de Mujeres, el el Gran Teatro y en el Ayuntamiento), carpintería artesanal y escayolas recubiertas de pan de oro fino.

Situado en la céntrica plaza de la Candelaria, tiene un exquisito servicio de restaurante: cosas como un turbante de lenguado con desmigado de centollo y crema de vermouth o un magret de pato con pisto de mango, salsa de naranja y pastel de patata. Tienen el estupendo vino Barbazul, de la Tierra de Cádiz. Mobiliario, apliques para la luz, mostrador, vitrinas y una deliciosa caja registradora completan esta vuelta mágica al mundo que existió hace 100 años.

3 comentarios:

  1. Pues fíjate tu que pretexto tan estupendo para que yo me plante en Cadiz.

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  2. Seguro, seguro que da gloria estar allí.
    Habrá que hacer algo al respecto.

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  3. Ya sabes que adoro estos locales cargados de historia, lástima que no hayan sobrevivido más.

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