sábado, 4 de octubre de 2014
Peñaranda de Duero
Todo en Peñaranda de Duero se enmarca en un conjunto amable de disfrutar: su castillo en lo alto, su plaza con iglesia y palacio, sus casas de arquitectura popular, sus callejuelas con casas nobiliarias, su rollo jurisdiccional, sus huertos y sus conventos. El castillo (s.X) es de la época en que árabes y cristianos se enfrentaban por la frontera del Duero, de allí partían las murallas, de las queda muy poco, quizá lo más interesante sea la llamada Puerta de las Monjas. La iglesia de Santa Ana (s.XVI) fue colegiata y delante de su fachada barroca hay seis columnas de mármol traídas desde Nápoles. Frente a la iglesia y, de la misma época, está el Palacio de los Condes de Miranda (o de Avellaneda), con el escudo de los Zúñiga en su portada (el V conde de Miranda fue virrey de Nápoles). En Peñaranda se encuentra la botica más antigua de España (s.XVIII) y se baila la jota peñarandina, en la que las mozas mueven con gracia sus sayas rojas.
En el monasterio de las Madres Franciscanas Concepcionistas, que comenzó a edificarse en 1528 bajo expensas de los Condes de Miranda y cuya primera abadesa fue Sor Ana de Zúñiga Avellaneda, puede visitarse en sus dos claustros (el de abajo y el de arriba) una exposición sobre el tema de la Eucaristía con objetos religiosos y personales de la historia de la comunidad, todo un lujo en un lugar de clausura que se abre excepcionalmente al mundo.
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