domingo, 28 de diciembre de 2014
Alcalá del Júcar
Construído en escalera sobre una montaña, con su castillo arriba y su iglesia a mitad de camino de las calles en cuesta, y rodeado por el río Júcar, que tiene que dar una vuelta para buscarse su salida, Alcalá del Júcar (Albacete) es un pueblo de panorámicas y de ambiente entrañable por la cantidad de cuevas que hay en su interior.
El castillo fue obra musulmana del s.XII, aunque su aspecto actual es la reforma efectuada en el s.XV. Tiene un torreón pentagonal y dos torres circulares, tres plantas de altura y restos de muralla del lugar en el entorno. La iglesia de San Andrés es de los s.XV-XVIII, de planta de cruz latina y bóveda gótica tardía. Delante de ella se encuentra el único rellano que hay en el pueblo. Tienen un Puente Romano de obligado paso entre Castilla y Levante en la Edad Media y una curiosa Plaza de Toros de forma irregular por estar adaptada al terrero. Hay cuevas-bodega en el interior de la población. Nosotros entramos por la de Garadén y salimos por la del Diablo, siendo un gracioso recorrido por pasadizos, habitaciones y estancias llenas de objetos curiosos.
En el restaurante El Moli, tomamos un exquisito menú del día consistente en gazpacho manchego, ensalada, lomo a la brasa, tarta de calabaza y una deliciosa copa de vino de Fuentealbilla por solo 12 euros.
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Imagino esas cuevas del estilo de las de Chinchón o las de Chinchilla, también en Albacete, que me traen muy buenos recuerdos.
ResponderEliminarHabrá que ir también a Alcalá del Júcar. Me encanta que además de la visita guiada nos hables de la gastronomía del lugar, forma parte también de la cultura de los pueblos.
ResponderEliminarUn saludo