miércoles, 18 de noviembre de 2015

Tangalle


El viaje continúa hacia el sur. Después del interior, nos vamos a acercar al mar. Tras pasar Tissamaharama, nos cuentan que en el Parque Nacional de Bundala hay búfalos y pelícanos. Después de pasar Hambantota, en un comercio de la carretera compramos un exquisito dulce de leche de coco. Cerca de Ambalantota hay salinas, y después de Ranna llegamos finalmente a Tangalle, donde disfrutamos de nuestro momento de playa empapándonos del océano Índico. En el restaurante Chalet, en mitad de una hermosa bahía disfrutamos de una taza de té.

Dikwella, Ruhuna (donde hay una importante universidad), Matara, Mirissa, y ya dejando el sur y volviendo de nuevo hacia arriba, Weligama, Koggala y Unawatuna. Ciudades y pueblos en ruta, anotadas en el cuaderno de apuntes y fugazmente admiradas desde el escaparate del vehículo. Pero no por ello olvidadas. Ese sur de la isla de palmeras y olas.

3 comentarios:

  1. Nada como el sur para el relax. Ya lo dijo La Carrá.

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  2. Parecen poco profundas las aguas de esa playa. Un recorrido precioso.
    Saludos

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  3. Un paraíso de ensueño, más propio, para el imaginario colectivo, del Caribe, por ejemplo.
    ¿Búfalos?
    Un saludo

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