jueves, 20 de julio de 2017
Haro
Visitar la Rioja Alta y no hacer una escapada a Haro es un pecado mortal. Con sus 11.324 habitantes es una pequeña ciudad muy agradable de recorrer, pero de la que solo nos interesaban dos cosas: La Herradura y la iglesia de Santo Tomás Apóstol. Lo primero esto último, por si cerraban: majestuosa construcción del s.XVI en estilo gótico tardío. Su portada, obra de Felipe Bigarny es una auténtica joya con escenas del Calvario y de los Apóstoles.
Pero la verdadera atracción en Haro son sus bares, los de las calles Santo Tomás y San Martín, un paseo justamente en forma de herradura que da nombre al lugar. Nosotros visitamos: Chamonix (pincho de champiñones), Croquetería Talía (croqueta de gorgonzola y nueces) y El Pasadizo (pincho de tortilla). No nos fuimos de Haro sin probar en la Pastelería Isasi un jarrerito: hojaldre de mantequilla con merengue danés de chocolate relleno de crema de mantequilla y reducción de tempranillo de Haro. El jarro de Haro es un símbolo municipal de toma de decisiones: tradicionalmente se metían papeletas en un jarro de barro para aprobar acuerdos.
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