En las angostas calles de Valverde, las regateras circulan por medio y reparten el agua que sobra de las huertas para la limpieza de las calles. De la Plaza Mayor llaman la atención sus amplios soportales y la fuente circular con una columna de la que asoman cuatro piedras esculpidas con hermosos chorros. El rey Fernando IV de Castilla, el Emplazado, había donado la villa en Señorío a Nuño Pérez de Monroy. Esta familia tuvo mucho poder en el pueblo, hasta que llegaron los Zúñiga, que dejaron su impronta de poder (en forma de escudo) incluso en el rollo o picota que ocupa el centro de una recoleta plaza. El castillo de los Monroy es de origen árabe, pero fue reformado en el s.XV. Del castillo se conservan dos torres y algunos lienzos de sus muros que, una vez restaurados, sirven ahora como auditorio. Justo al lado está la iglesia de las Fuentes Claras, de estilo románico. En la noche del Jueves Santo, en Valverde de la Vera se celebra la que llaman procesión de Los Empalaos, personas que cargan sobre sus espaldas atados a los brazos aperos de labranza al modo de una cruz con hierros que cuelgan y que suenan en el silencio de este peculiar via crucis.
Las casas de Valverde son las típicas de una población judeo-medieval, tienen un muro de piedra en la planta baja, adobe con entramdo de madera en el primer piso y tablas de madera (de castaño) en el sobrao o desván, que actúan como aislante del frío de la zona.
Una modesta tienda ofrecía sus productos en la calle: uvas, berenjenas, higos, pimientos rojos y verdes, ciruelas y manzanas.
Me da que alguna de esas frutas compraste en la modesta tienda, ¿a que sí?
ResponderEliminarOye Deme, ¿es que has pedido una excedencia? Jaja, porque no paras de viajar; o será que aprovechas los fines de semana.
Un abrazo
Me gusta mucho la Vera. Sus pueblos y sus gargantas me resuerdan mucho a los hoy destrozados pueblos del Valle del Tietar que disfruté de niño.
ResponderEliminarMe gusta esa plaza tan típicamente castellana.
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