martes, 15 de octubre de 2013
Acueducto romano
Esta espectacular obra de ingeniería que da personalidad e imagen a la ciudad de Segovia, tiene sus orígenes en el s.I, en la época del emperador Trajano. Fue construído para transportar agua desde el río Acebeda hasta un cuartel romano situado en una zona alta, más o menos por donde hoy está el alcázar. Tiene 15 kilómetros de longitud (en su mayoría subterráneos), pero justo en el paso por el centro de la ciudad se alza espléndido y vigoroso en sus 728 metros visibles y 163 arcos que alcanzan una altura de 28 metros. Está formado por sillares de granito berroqueño superpuestos, sin ninguna clase de argamasa, únicamente unidos por los empujes que se producen entre unos y otros, equilibrando pesos y fuerzas.
Segovia es ciudad de figones y mesones. El centro de su gastronomía es el cochinillo, cuyos maestros exigen que sean animales oriundos de la zona, de 21 días de edad, con un peso en torno a 4 kilos y alimentados con leche de la propia madre, engordada con cereales. Horno a 200 grados, agua y sal es lo único que necesitan. Uno de los asadores más entrañables de la capital es José María, abierto en 1982. Acompañando al cochinillo, pedimos de entrante torta de queso de oveja churra de Pollos (Valladolid) y lo acompañamos todo con vino ribera del Duero Pago de Carraovejas de Peñafiel. En los postres, ponche segoviano (bizcocho con suave capa de mazapán y rombos decorativos de azúcar quemada). Precio: 50,50 euros por persona.
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En mi ultima visita de cicerone por Segovia estuve en Jose María que conozco bien. ¿Has ido alguna vez a Cándido? Yo no.
ResponderEliminarBien que se lo curró el pobre Diablo en una noche, según la leyenda. Ahora bien, leyendas aparte, es una impresionante obra de ingeniería...
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