¿Qué tienes tú, negra encina
campesina,
con tus ramas sin color
en el campo sin verdor;
con tu tronco ceniciento
sin esbeltez ni altiveza,
con tu vigor sin tormento,
y tu humildad que es firmeza?
Fragmento de Las Encinas, de Antonio Machado, del libro Campos de Castilla.
Todos los misterios del mundo se ven, se huelen, se tactan, se escuchan y se saborean en su grueso e irregular tronco esculpido por el trabajo callado de los vientos, las lluvias y las nieves. En el ambiente mágico de los bosques, la encina es la guardiana de los conocimientos ancestrales y tiene capacidad de generar protección.
La encina es tan nuestra que a veces ni la vemos, por desgracia.
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