miércoles, 5 de mayo de 2021

Columnas


En el año 2009 visitamos Grecia. Estuvimos en Atenas y subimos a la Acrópolis para ver el Partenón. Es un templo consagrado a Atenea Pártenos, de estilo dórico octóstilo (ocho columnas en su fachada más corta, de las cuales vemos seis en la foto).  En la parte más larga tiene diecisiete columnas. Está construido con mármol del monte Penteli, a 15 kilómetros de allí. Se sabe que se edificó en los años 447 a 432 a.C. A lo largo de la historia ha sido asaltado y modificado en multitud de ocasiones. En las metopas de su friso están esculpidas escenas épicas. 

A los pies de estos restos, el barrio con más encanto de Atenas: Plaka. Allí están las calles peatonales, los comercios de artesanía, las pequeñas iglesias bizantinas y los restaurantes. En Spilia Tis Akropoleos probamos la salsa tsatsiki (yogur, pepino y ajo) y la mousaka (pastel de berenjena), en un encantador patio de albaricoques y parras, con la luna en lo alto y un gato subido a una tapia. 

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