sábado, 12 de agosto de 2023

Muerte en la catedral

 


En las ruinas consolidadas de la iglesia de San Nicolás, en Soria, se encuentran unos frescos muy deteriorados (pero afortunadamente protegidos por un cristal) que narran el episodio del asesinato del arzobispo Tomás Becket en su catedral de Canterbury (Reino Unido). Un hecho que, en 1170,  dejó atónito al mundo cristiano. Ese mismo año, Alfonso VIII de Castilla se casaba en Tarazona con Leonor de Plantagenet, hija de Enrique II de Inglaterra. Becket fue para el rey inglés un verdadero quebradero de cabeza por sus opiniones políticas y ante su famosa sentencia tipo "¿es que nadie me va a quitar de encima esta pesadilla?", su entorno obró en consecuencia y en el atrio de la catedral le asestan una puñalada. Cuando la reina de Castilla tuvo conocimiento de esa circunstancia encargó en una capilla de la iglesia románica soriana una pintura que recordara ese hecho, según la leyenda. Sin embargo, estudios detallados actuales vienen a indicar que los rasgos de las pinturas, góticas, y las expresiones de los rostros de los personajes, indicarían que fueron creadas un siglo después. La distribución iconográfica es sugerente: en la parte superior varios personajes intrigan sugiriendo algo al rey; abajo muestran la acción de su plan, junto al obispo. 

Entre finales del s.XII y principios del s.XIII se construyeron las iglesias románicas de Soria. En el censo de 1270 de Alfonso X había 35 parroquias en la ciudad. Becket era partidario de que la jurisdicción civil no tenía que interferir en la religión y eso creó disputas y desencuentros con los gobernantes. Considerado mártir, fue canonizado por el Papa apenas tres años después de su muerte.

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