En la primera de las siete partes en las que se divide En busca del tiempo perdido, obra maestra de Marcel Proust (escrita entre 1908 y 1922) aparece el famoso episodio de la magdalena. El narrador, un día anodino, decide tomarse una magdalena mojada en té (algo que no hacía habitualmente) y esa circunstancia -el olor y el sabor- le trasporta a un momento en que hacía lo mismo al visitar a una tía suya y le vienen a la memoria la conversación, la habitación, la casa, la calle y el tiempo pasado.
En la novela, cuando la familia sale de paseo para rodear Combray, pueden hacer dos recorridos: por la parte de Swann (donde éste -amigo de la familia- tiene su finca), que es una llanura ventosa o por la parte de Guermantes (otro importante apellido de la zona), que va en paralelo al río. Los viajes realizados o soñados, el arte, las reuniones sociales, los libros, el teatro, la música son observados por un adolescente de la burguesía parisina que es testigo o simplemente transmisor de acontecimientos mundanos de poca o mucha importancia.
Acabas de emprender un gran viaje.
ResponderEliminarBeautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
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