lunes, 4 de diciembre de 2023

La parte de Guermantes


La tercera parte de En busca del tiempo perdido, cuenta la vida mundana del protagonista, un joven burgués que quiere ser escritor y, para ello, no se pierde ninguno de los salones de moda del París de la aristocracia de finales del s.XIX. Es un gran observador. En la novela desfilan: cómo se relaciona el público en los palcos de un teatro, el caso Dreyfus (militar judío acusado de pasar información al enemigo y que dividió a la sociedad francesa de la época entre los que estaban a favor y en contra), la fascinación por la contemplación de la Sra. de Guermantes en sus paseos y cómo la logra conocer una vez que es invitado a los almuerzos donde ella va, la impresión de los cuadros del pintor Elstir y el ambiente de los cafés con su amigo Saint-Loup. Además, muere su abuela, con lo que hay toda una reflexión sobre la muerte.

"...la hora de la muerte es incierta...nos la imaginamos situada en un espacio vago y lejano -no pensamos que tenga relación alguna con el día ya comenzado-..." 

El narrador es consciente de los peligros de la sociedad: "...lo malo no es perderse, sino no volver a encontrar el camino" y una visita de su amiga Albertine es excusa para un agradable beso casi obligado por la forma en que estaban tumbados en la cama.

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