jueves, 7 de noviembre de 2013
Museo Provincial de Lugo
Creado en 1932 por la Diputación de Lugo en un palacio que se quedó pequeño, el museo se trasladó en 1957 al antiguo convento de San Francisco. Tres dependencias originales del cenobio se conservan tal cual: la cocina, el claustro y el refectorio, encargándose el arquitecto vigués Manuel Gómez Román de la creación de este lugar inspirándose en los aires de los palacios gallegos. Desde 1997 hay una ampliación obra de Antonio González Trigo. El refectorio, del s.XVIII, tiene cubierta de bóveda de cañón y púlpito de cantería. De la misma época es la cocina, en la que sobresale la chimenea de mampostería y una colección de utensilios y mobiliario gallegos. El claustro (s.XV a XVIII) exhibe en sus pasillos una colección de relojes de sol, placas romanas, capiteles y lápidas sepulcrales.
Una colección de orfebrería, objetos del paleolítico, monedas, azabaches compostelanos, pintores de los s.XIX y XX (con especial atención a las figuras locales Xesús R. Corredoira y Xulia Minguillón), loza de Sargadelos y dibujos de Castelao componen el contenido de lo que se puede disfrutar en la planta primera. Una pasarela en la que, a un lado, se contempla desde arriba un hermoso mosaico romano que recoge la leyenda de Dédalo y Parsifae (encontrado en 1986 en la calle Armañá) y, al otro, una colección de lucernas desde el 2.300 a.C. hasta el s.XV, te lleva al edificio de la ampliación. El pasado 24 de octubre, representantes de los herederos del filántropo Álvaro Gil Varela se presentaron en el museo para retirar el famoso torque de Burela (collar de oro de los s.III-IV a.C, encontrado por un agricultor en 1945) y otras obras de la colección particular por disconformidad en los acuerdos del préstamo.
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Qué curioso suena todo. Muy apetecible. Ya cuando vaya a ir hablo con los Gil de Varela para que devuelvan el torque, pordios, que no sean rácanos.
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