martes, 5 de noviembre de 2013
Tejadilla
Y, finalmente, la iglesia de Tejadilla. El núcleo de población se llama oficialmente Ventosilla y Tejadilla, tiene unos 30 habitantes y su templo es más tardío, de finales del s.XIII. De la época románica destaca su ábside, construído en mampostería, donde hay una bella ventana con columnas con dos pequeños capiteles que representan sirenos de doble cola (escenificación del pecado y de la lujuria a más no poder). Los canecillos son una auténtica gozada: músicos (la primera representación del dulzainero castellano), un diácono con un cáliz, animales de toda clase (zorra, abubilla, oca -frente a otra-, jabalí, elefante, gallo). La decoración es algo tosca, pero eso no evita que se sienta una especial emoción al contemplar estas pequeñas esculturas. Un arco cegado en la puerta de la fachada sur indica las monumentales modificaciones del edificio original. La puerta de entrada actual se encuentra sobre una pared en la que se eleva su campanario. En Tejadilla también vimos un armazón de madera que se utilizaba para inmovilizar a las caballerías y colocar así las herraduras.
Estas iglesias del noreste de Segovia, aunque sencillas y humildes en su construcción, son la prueba evidente de que las poblaciones medievales supieron expresar en las piedras y en el diseño de sus formas todo el entusiasmo místico que les rodeaba. Son la prueba evidente de sus miedos, sus deseos y sus anhelos.
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Lo que voy a presumir en mis escapadas segovianas gracias a estas entradas. Muchas gracias.
ResponderEliminarun viaje tan intenso y exhaustivo por Segovia, como nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarabrazos.