miércoles, 27 de abril de 2016
Alfonso VIII
Parece ser que Alfonso VIII nació en Soria en el año 1155. Era hijo de Sancho III y de Blanca Garcés de Pamplona. La madre muere al poco tiempo y el padre, a los 3 años, por lo que Alfonso es coronado rey de Castilla muy jovencito, a los 14 años, en las Cortes de Burgos. Hasta entonces fue protegido por dos familias que, entre sí, eran rivales: los Lara y los Castro, por lo que la infancia de Alfonso está llena de escondites secretos en pueblos y ciudades. Con la coronación vino el matrimonio, y se casa con Leonor de Plantagenet, que entonces tenía 10 años. Leonor era hija de Enrique II de Inglaterra. La boda se celebró en Tarazona. Tuvieron 10 hijos. Además durante muchos años, Alfonso tuvo una amante judía en Toledo, Rahel la Fermosa.
Alfonso VIII recuperó enclaves para Castilla en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), fundó escuelas catedralicias y creó el llamado Estudio General de Palencia (la primera universidad de España). Se pasó la vida combatiendo a su primo Alfonso IX de León y a los almohades. A Soria le concedió el Fuero Extenso (leyes y normas entre las que están los famosos 12 Linajes) y fue mecenas de la iglesia románica de Santo Domingo. Murió en Gutierre-Muñoz (Ávila) en 1214, una aldea de paso en uno de sus viajes. Alfonso y Leonor están enterrados en el Monasterio de las Huelgas (Burgos), del que fueron directos fundadores.
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Un estupendo resumen de la vida de Alfonso VIII. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos
Uno de los reyes de Castilla con estrella. Su victoria en las Navas de Tolosa le conviritó en leyenda... ese hecho y sus amoríos con la famosa judía de Toledo. Aunque también me decanto por su trascendente matrimonio con Leonor de Plantagenet, hija nada menos que de Enrique II de Inglaterra y de Leonor de Aquitania, hermana por tanto de Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra. La fama del rey castellano debió de llegar a Inglaterra para que le permitieran enlazar con tan importante linaje europeo.
ResponderEliminarUn saludo
No deja de sorprenderme siempre el trajín que se traían los reyes castellanos. Lo de este, además con novia en Toledo, debió ser un sinparar en todos los sentidos.
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