Hace 40 años Julián Pulido montó un bar en Gravina, 19 (entonces una carbonería) que ha pasado por distintas envolturas. Ha sido bar de copas, marisquería y hamburguesería. Hasta que se le ocurrió especializarse en setas y entonces se dio cuenta que había dado en el clavo. Media docena de mesas y un fondo de pared azul constituyen el marco apretado en el que, en pleno corazón de Chueca, todas las fantasías de la gente de campo se hacen realidad. Boletos edulis (con yema, con zamburiñas, con foie, con queso de cabra), níscalos, trompeta de los muertos, marzuelos, senderuelas y colmenillas, se suceden en la carta según la época del año en la que nos encontremos. El secreto de las setas, según Julián, es "saberle sacar la humedad" y luego un poco de aceite y sal. También tienen cosas tan raras como flores de calabacín y tortilla de collejas. Quesos manchegos, cecina de León y jamón de Jabugo. Solomillos de ternera. Para que haya una buena temporada de setas es fundamental que haya muchas tormentas en julio y agosto. El Cisne Azul tiene "las mejores setas todo el año" y si encuentras mesa libre es un verdadero milagro.
Me suena haberlo visto hace poco.. pero como tal no lleva mucho tiempo con ese nombre, ¿verdad? Porque El cisne azul no pasa desapercibido, jaja..
ResponderEliminarContado con tus palabras, me apetece ya a ir a cenar esta noche..
Qué te voy a decir que tu no sepas. Yo creo que el secreto de este lugar es que, a pesar de estar en un lugar muy movido, pasa desapercibido. Me alegra que sigas disfrutándolo.
ResponderEliminarEste tipo de sitios son mi debilidad, pero eso ya lo sabes de todo el tiempo que te llevo comentando.
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