Construído por Jayavarman VII en honor de su madre a finales del s.XII, este templo tiene la peculiaridad de que apenas ha podido ser desbrozado debido a la cantidad de árboles que han crecido sobre sus muros. Las enormes raíces han penetrado de tal forma en los edificios que, parece ser, retirarlas dañaría irreversiblemente la estructura de los muros. Sin embargo, esta invasión de la naturaleza es un aliciente más para visitar este templo (actualmente en proceso de restauración con un equipo de arqueólogos de la India).
Inscripciones en sus paredes permiten aclarar detalles sobre su construcción. Tiene un solo nivel con un gran patio central donde, por una puerta en galería, se accede al santuario central. Numerosas apsaras o bailarinas decoran muchos rincones de este templo, con corredores caídos que, poco a poco, van siendo levantados de nuevo.
Aquí se rodó una de las escenas más famosas de la película "Lara Croft: Tomb Raider", protagonizada por Angelina Jolie.
Siempre hablamos de la naturaleza como destructora de la obra del hombre, aquí tenemos un caso de simbiosis.
ResponderEliminarEn Antígua, Veracruz hay cuatro piedras que dicen que fué la casa de Hernán Cortés igualmente comidas por los árboles que en ese caso mas que dañar nada le han dado a las ruinas una belleza que no tendrían. También me ha recordado la foto a las puertas para la ampliación del museo del Prado.
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