Sin duda alguna, una de las joyas del románico burgalés. Situada en una suave colina a las afueras de Puente Arenas, en el valle de Valdivielso, es una ermita del s. XI que constituiría lo único que queda del monasterio que hubo en la zona desde el s.IX y que perdió su importancia una vez que se edificó el de Oña (a donde fueron a parar los monjes que allí había). Se trata de una iglesia con planta de cruz, con una única nave dividida en dos tramos mediante un arco fajón, con contrafuerte exterior y bóveda de cañón. La piedra con la que está construída es la llamada toba, mucho más ligera que la normal y que permite aguantar mucho peso sin peligro de derrumbe. La portada tiene hemosos arcos concéntricos y un friso que representa la última cena. Tiene también una torre a la que da acceso un husillo circular (escalera de caracol para entendernos) y que lleva a un piso con ventanas y columnas con bellos capiteles (no se visita). También una puerta en la cara norte que es la que comunicaba con las dependencias de la abadía.
Toda la iglesia está decorada con hermosos canecillos que representan rostros y personajes, como el de un hombre y una mujer que levantan su vestimenta para enseñar sus órganos sexuales. En el interior (el retablo que tenía hasta mitad del s.XX permanece restaurado en el Museo de Burgos) destaca un coro de madera policromada de estilo mudéjar. Hay una leyenda que dice que durante la época en que hubo una epidemia de la que fueron muriendo todos los monjes, el último de ellos cabó su propia tumba y se colocó allí esperando que llegara su final.
Ya se que no tiene nada que ver, pero has teñido de verde tu blog, verde esperanza.
ResponderEliminarA este magnífico monumento solo le pongo un pero. Es de propiedad privada, fue restaurado con dinero público y es muy dificultoso concertar una visita a su interior con un guía propietario o delegado. Y fuera de verano, imposible. Está vallado porque en su momento iba gente por la noche hacer el botellón y se cargaron parte de un capitel...
ResponderEliminarpero también es cierto, que muy cerca está la iglesia de El Almiñé, que no lleva a la zaga, con la diferencia de que no hay trabas para visitar su interior y sacar fotos sin problemas. Aconsejo su visita casi más que a ésta que nos muestras. No decepciona.
Saludos,