viernes, 22 de febrero de 2013

Tapias húmedas de río


"Pues hay un corto trecho del gran río que casi emociona por su majestad y belleza; desde el Perejinal, el Duero tuerce hacia Soria, sin dejar de verse el cerro del Mirón; éntrese, luego, hasta el puente, y, antes de él, ancla en San Juan de Duero, con sus tapias húmedas de río, frente a la ermita de la Virgen y a vista de la ciudad. ¡Ah, ya sabían los sanjuanistas del siglo XII lo que se hacían! Como caballeros auténticos, eligieron lo mejor de la ribera y alzaron un monasterio donde comienzan las huertas, muy cerca del puente, y tan delicioso paraje que, si hubiera en el mundo algo mejor que la santería de San Saturio, no sería sino el abaciazgo románico de San Juan de Duero, merendando, como harían los sanjuanistas, un cordero asado en el claustro, a cinco metros del agua y de sus hierbas."

(Juan Antonio Gaya Nuño, El santero de San Saturio)

San Juan de Duero fue un importante monasterio de la Orden militar de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén. Su maravilloso claustro (del s.XIII) presenta forma de cuadrilátero irregular con numerosos caprichos en sus arcos y columnas, sobre el que imaginamos la techumbre que debía cubrir tan noble estancia.
Gaya Nuño vuelve a Soria en 1951 después de ausentarse de la ciudad por las trágicas circunstancias vividas en su familia en 1936. Con el aire de la nostalgia y los recuerdos dulces de la niñez, no se priva de criticar una sociedad local dormida, congelada en el tiempo y con los vicios de un mundo axfisiante y amodorrado.


2 comentarios:

  1. Hay que ver el ojo que ha tenido siempre La Iglesia para el tema inmobiliario. Qué lugares tan magníficos escogieron para sus monasterios.

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  2. Mira no me repito, estaba pensando lo mismo que Uno.

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