En el año 1922 el anticuario establecido en Barcelona Leone Leví inció las gestiones para la compra de las pinturas (s.XII) de la ermita mozárabe de San Baudelio (s.XI), situada en el municipio soriano de Casillas de Berlanga. Pese a ser Monumento Nacional, la iglesia era propiedad de unos vecinos de Casillas y un registrador de la propiedad de Almazán entendió que la operación era correcta y se pudo autorizar la venta por 65.000 pesetas. Cubiertos los muros de la iglesia por unas telas con el propósito de arrancarlas de cuajo, la operación fue interrumpida por decisión de una Comisión de Bellas Artes, pero como quiera que ya había partes desprendidas, se decidió volverlas a colocar en su sitio. El tal Levi, no dejó de pleitear. En 1925 una sentencia del Ministerio declara legal la venta. Al año siguiente, con nocturnidad y alevosía, las pinturas volaron a museos de Estados Unidos. En 1957 el gobierno español canjeó algunas de estas pinturas (ahora están en el Museo del Prado) a cambio de un ábside completo de San Martín de Fuentidueña (Segovia).
Casillas pertecene a la zona denominada Marquesado de Berlanga y apenas cuenta con una decena de vecinos. Campiñas, páramos y mesetas componen el paisaje pobre pero bello de esta zona de cereal y de truchas y cangrejos, en sus buenos tiempos, del río Escalote.
Berlanga podría haber hecho una estupenda película con este expolio.
ResponderEliminarEl espolio artístico es algo que me enferma.
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