martes, 14 de enero de 2014

Gormaz


El pueblo soriano de Gormaz, a medio camino entre San Esteban de Gormaz y Berlanga de Duero, apenas tiene una veintena de habitantes pero posee dos joyas arquitectónicas únicas: la fortaleza califal y la ermita de San Miguel.

Mandado edificar por Al-Haquem II (califa de Córdoba) para reforzar la presencia de Al-Andalus en el norte de la península, allá por el año 965, este castillo es el más grande de Europa: un perímetro amurallado de 1200 metros, y unas medidas de 446 metros de largo, 60 de ancho y 28 torres. Enclavado en una posición estratégica que controlaba movimientos en la zona, tiene alcázar (la residencia del gobernador, con aljibe incluído), torre del homenaje y una puerta doble de estilo árabe desde la que se tienen unas increíbles vistas. Su forma se adapta a la extensión del terreno sobre el que se asienta.

La ermita de San Miguel es del s.XI, románica, construída en la época de repoblación cristiana y estuvo a punto de ser derribada cuando se construyó la carretera de acceso al castillo. Utilizada como majada de ovejas durante mucho tiempo y abandonada a la suerte de los tiempos, en 1998 se descubren unas pinturas del s.XII (tapadas durante siglos afortunadamente), que cuentan historias sobre el infierno (un dragón con una enorme cola que describe un círculo y que marca el territorio del mal) y sobre el peso de las almas (San Miguel y un diablo con una balanza comprobando el bien y el mal). Es de nave única con un ábside casi cuadrado.

2 comentarios:

  1. Que cantidad enorme de arte por esta zona. A ver si pasa un poco el frio y me lanzo.

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  2. Y se sigue renegando del pasado árabe, creo que es un tema que debería ser tratado desde una perspectiva psicológica.

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