20 años después de abandonar Soria, Machado regresa para recibir un homenaje que la ciudad le da justamente en la plazoleta delante de la ermita de San Saturio, al lado del Duero, en uno de sus paisajes preferidos. Es el 5 de octubre de 1932. Se le nombra hijo adoptivo de Soria. "Nada me debe Soria, creo yo, y si algo me debiera, sería muy poco en proporción a lo que yo le debo: el haber aprendido a sentir a Castilla, que es la manera más directa y mejor de sentir a España". Machado viene acompañado de su hermano José. "Mira, Pepe, éste es mi Duero, mi Duero". Se descubre una placa de mármol con el busto del poeta y, tras un breve descanso en el Ayuntamiento, enseguida abandona la ciudad. Ni siquiera visitó la tumba de Leonor.
¡Adiós, tierra de Soria, adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!
En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.
Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.
(Poesías completas, 1917)
Qué hermosa entrada esta. Leer los textos que Machado dedica a Soria desde Baeza es una experiencia poética más que recomendable.
ResponderEliminarBellísimo homenaje el que estás dedicando a Machado en estos posts. y a Soria.
ResponderEliminarun abrazo.
Que sencillez, la sencillez de las personas nobles.
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