Las montañas, los ríos, los puentes, los rebaños, los lagos, los árboles, los trenes de vapor... son el mundo donde están los ambientes de los cuadros del francés de Perpignan Christian Lloveras. La naturaleza en su estado más inocente pero con toques mágicos y ensoñaciones, cobra vida y se reinventa en las imágenes que plasman sus cuadros. Colinas y nubes se abrazan en el horizonte de tierras de mil colores. Un árbol en cuyas ramas surgen paisajes a la manera de cuadros dentro de un cuadro. Un lago helado del que surgen cuatro enormes amapolas que asustan o asombran a los patinadores. Mundos surrealistas en rincones cotidianos. Pero también universos costumbristas de un mundo ya casi olvidado.
En la foto, Verano del pastor. Los cuadros de Christian Lloveras pueden visitarse en la Galería Éboli de Madrid (Plaza de Ramales s/n) hasta el 17 de noviembre.
Me encanta que hayas sacado esta entrada tan bucólica en pleno debate de los dos principales candidatos a presidente de la nación, jaja..
ResponderEliminarEso es una rebelión estética..
No se, pero posee una cierta ternura.
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