Detrás de estas paredes de casa vieja y desvencijada se halla uno de los pasados más esplendorosos de la ciudad de Soria. Justo al otro lado debe ocultarse todavía alguna piedra de lo que en tiempos fue la iglesia románica de Santa María de la Puente, que figuraba en el censo de las 35 parroquias de Alfonso X de 1270. El llamado convento de San Agustín fue hospital de amparo y crianza de niños expósitos, fue casa de monjas cistercienses y monjes mercedarios y en 1522 un convento dedicado a Ntra. Sra. de Gracia (el obispo de Osma dio permiso a D. Rodrigo de Torres y a su hermana doña Aldara a fundar y construir el convento). En el año 1555 pasó por aquí Fray Luis de León (poeta, humanista y religioso agustino) que dio clases de gramática y teología, y a principios del s.XIX junto con la muralla que estaba al lado, fue mandado demoler por el general Durán. Con el tiempo, la parte de atrás fue aprovechada para montar la primera central eléctrica de la ciudad, llamada La Térmica, que por lo visto funcionaba con un motor diesel. En el año 1944, el empresario Augusto Romero inaugura un Mirador-Bar que durante varias décadas del siglo pasado serviría de centro de asueto de los sorianos: allí había barcas de recreo (el Duero está al lado) y sesiones de baile los domingos, hasta que en los años 90 comenzó a declinar el negocio. Aún quedan decoraciones renacentistas olvidadas en la fachada. La mirada a estas paredes debe impregnarse de los sentimientos que transmitía el historiador soriano Nicolás Rabal: "Estas ruinas son dignas de respeto por los interesantes recuerdos que en sí encierran", mientras aún seguía alabando "la esbeltez y la atrevida ligereza del estilo ojival". Medio hundido el edificio por el asfalto de la carretera (que atravesando el puente lleva a Zaragoza) los muros de San Agustín todavía hablan de los tiempos pasados.
"Qué descansada vida la del que huye
el mundanal ruido y sigue la escondida senda,
por donde han ido los pocos sabios
que en el mundo han sido."
(Fray Luis de León)
Resulta extraño observar esos restos, en la foto que has puesto se ve el dintel que debió coronar una puerta.
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