En Pécs, al suroeste de Hungría, hay una necrópolis romana-paleocristiana, todo un mundo subterráneo que nos permite recorrer cámaras y construcciones sepulcrales (se han contabilizado treinta y tres). Hay tumbas del s.IV en lo que se cree que es el lugar de enterramiento cristiano más antiguo de Europa (entonces era la ciudad de Sopianae, en la provincia de Panonia). El choque entre la tradición de oriente y occidente se pone de manifiesto aquí: cámaras funerarias bajo tierra y pomposos mausoleos elevados, todo en distintos niveles. El superior se cree que era usado por los vivos: en época romana se tenían la costumbre de reunirse un día al año para celebrar el ágape funerario, donde se comía y bebía para conmemorar a los muertos. Hay frescos que representan a San Pedro y San Pablo y, en una capilla, el dibujo de una jarra verde (con todo el misterio que puede encerrar esa imagen). La Cella Septichora de siete arcos fue encontrada en 1939 y posiblemente sea el mausoleo de una familia. El valor de estos descubrimientos viene dado por expresar la fuerza de las comunidades cristianas de la Europa romana tardía y ser de los pocos testimonios que quedan del arte sepulcral. Desde el año 2000, la necrópolis paleocristiana de Pécs es Patrimonio de la Humanidad.
Debe ser una joya. Conozco muy poquito de Polonia. También es que nunca fui muy de Los Pecos.
ResponderEliminara riesgo de quedar como un paleto, te diré que me parece una excentricidad viajar hasta Hungría para visitar una necrópolis paleocristiana.
ResponderEliminarEl submundo y su irremisible capacidad de atracción.
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