miércoles, 5 de junio de 2013

Basílica de San Vicente


Al lado de la Puerta de San Vicente (precisamente), se encuentra en Ávila el templo dedicado a los hermanos mártires Vicente, Sabina y Cristeta. A principios del s.IV el Imperio Romano perseguía a los cristianos y el joven Vicente que vivía en la actual Talavera de la Reina se mantuvo firme en su fe, con lo que tuvo que huir en compañía de sus hermanas, siendo apresados en Ávila. En un descampado fueron torturados y abandonados sus cadáveres. Un rico judío que se burlaba de ese suplicio fue castigado y, arrepentido, construyó un sepulcro. A finales del s.XI se levanta el templo actual: planta de cruz latina con tres ábsides, tres puertas y tres naves (románico). En su portada, Cristo en el parteluz y, encima, dos bóvidos (serenidad) enfrentados a bestias (el mal).

En el interior de la iglesia se encuentra el sepulcro protogótico que narra la tragedia de los hermanos (les matan aplastándoles las cabezas en una prensa). Muy cerca, en el suelo, la huella de una mula que determinó el lugar de enterramiento de San Pedro del Barco (eremita del s.XII). La basílica de San Vicente tiene también una torre de estilo isabelino.

En la Pastelería Iselma venden unas dulces riquísimos. Visitamos la tienda de la Plaza del Mercado Grande y la de la Plaza del Mercado Chico. Compramos murallitas y pastas de almendra fileteada. Hay dos paseos deliciosos en Ávila: el del Rastro -exterior de la muralla- y el de la calle Vallespín -por el centro de la ciudad hasta la Puerta del Puente Adaja-.

2 comentarios:

  1. no conozco Avila tpc, consigues con tus posts hacerlos sitios muy apetecibles. aunque esta historia sea terrible...
    más amables las encajeras de bolillos de la plaza Sta. Teresa y la leche frita.

    un abrazo.

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  2. No dices nada de esas bellas y esbeltas columnas, una maravilla.

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