Una vez visitado el prólogo, entramos en el capítulo primero. Para ello tenemos que atravesar la Plaza de la Villa y dirigirnos a la iglesia de San Martín, construída a partir del s.XIII y que tiene la única galería porticada románica (de 11 arcos) de la provincia de Ávila. Desde 1911 está desacralizada, ha sido almacén de grano y ahora es centro cultural. Desde lejos llaman la atención las conocidas como "torres gemelas", de planta cuadrada, la nueva más alta y la vieja o de los "ajedreces" más baja, con el encanto del arte mudéjar.
Dentro se habla de Creo en Dios, con esculturas como Adán y Eva, de Juan Bordes, que procede de Leganés y El profeta, de Pablo Gargallo, que está en Lisboa. También hay libros antiguos y objetos de las religiones judía, islámica y budista.
Para comer en Arévalo puedes ir a Casa Felipe, que tienen un estupendo Menú Edades por 26 euros, a elegir entre varias opciones. Por ejemplo: judías blancas, cochinillo de Arévalo con ensalada y tarta milhojas. Acompañado todo de una hermosa jarra de vino. Tienen horno de leña y atienden maravillosamente.
De repente al ver la foto me ha venido a la mente la imagen de Ripoll.
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