Construida en estilo neoclásico por Francisco de Toledo en 1795 (según diseño de Fernando López), la Torre del reloj es el símbolo más conocido de Huete (Cuenca). Está situada junto a la Puerta de Almazán que, junto a la de Daroca y Medina, es una de las tres entradas (o salidas) que hoy se conservan del recinto medieval (de las diez que hubo en sus buenos tiempos). Está dividida en tres cuerpos y termina en linterna con cuatro ventanas que en su época original albergaba la campana gótica del antiguo reloj. Torre y puerta están hoy en la Plaza de la Constitución, al final de la calle Mayor y al lado del Pósito. La puerta debe su nombre porque lindaba con la parroquia de San Nicolás de Almazán.
Huete tiene unos 1.750 habitantes y un conjunto histórico bastante interesante de monasterios y conventos. En el restaurante La Cibera (muy cerca de la Torre), disfrutamos de unas croquetas de jamón, unos chopitos y unas chuletas de cordero a la brasa. Con arroz con leche, sorbete de mandarina al Cointreau más pan, agua y vino, nos salió a 28,15 euros por persona. Huete está localizado en la Alcarria conquense y tiene en lo alto de un cerro, un castillo y una muralla andalusí.
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