Localidad vallisoletana de 5.000 habitantes, es la ciudad de los almirantes, ya que en 1405 Alonso Enriquez es nombrado por el rey Enrique III primer Almirante Mayor de Castilla. En la iglesia de Santa María se puede contemplar la espectacular capilla de los Benavente, del s.XVI (tiene yesería de los hermanos Corral, retablo de Juan de Juni y rejería de Francisco de Villalpando). Del tramo medieval de la ciudad se conservan tres puertas: la de Ajújar, la de Zamora y la de San Sebastián. En el restaurante Pasos se puede degustar una maravillosa carrillera de ternera al vino tinto que está para chuparse los dedos -o para mojar la salsa con el estupendo pan candeal que te ofrecen-. En La Flor de Castilla se puede comprar una rosca de pan de anís con forma de corona de espinas. La iglesia de Santiago el Mayor es la sede de una exposición de Las Edades del Hombre: la madera policromada de Llanto sobre Cristo muerto de Juan de Valmaseda (1524) y el bronce de la Sagrada Cena de Venancio Blanco (2001) serían dos ejemplos de las piezas que allí se muestran. Pero la auténtica estrella es el propio retablo de la iglesia, con tallas de Tomás de Sierra. En Medina de Rioseco hay unas tapas en los bares deliciosas: en Crisol te ponen champiñones rellenos de jamón y en Vittoria Colonna unas fajitas rellenas de pollo, manzana, piñones de Pedrajas, pepinillo y huevo. Además hay un museo de la Semana Santa, ya que las procesiones de Medina de Rioseco son famosas. La calle conocida como La Rua, con sus columnas y soportales, es un viaje a la Castilla más auténtica.
Se puede contemplar la dársena del Canal de Castilla, obra de ingeniería que unía Alar del Rey (Palencia) con Valladolid y que, a mediados del s.XIX abriría un nuevo ramal hacia Medina de Rioseco, lo que le permitió el transporte de mercancías y comunicaciones.
Este es mi Deme, arte, cultura e historia, pero con una buena pitanza bien regada entra mejor.
ResponderEliminarEl mejor momento para visitarla: Semana Santa.
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