viernes, 19 de marzo de 2021

Espejos, vidrieras, celosías


11 kilómetros antes de llegar a Jaipur está el Fuerte Amber, complejo palaciego de finales del s.XVI construido sobre una estructura anterior y situado en una colina donde, en la parte más alta, está la zona original de fortaleza. Se asciende por una vía empedrada en zigzag, que los turistas lo solemos hacer en elefantes, a los que tenemos que obsequiar con un plátano. Una vez dentro, vemos las fascinantes salas dedicadas a las audiencias públicas y privadas, con sus diseños geométricos (y sus bellas columnas), el aposento del marajá y su consorte, con una sala repleta de espejos, unas ventanas decoradas con vidrieras de vivos colores y una pequeña residencia con sistema de refrigeración a base de conductos de agua. Desde las estancias rematadas por elegantes arcos, si nos asomamos a las ventanas vemos, por un lado, el lago Maotha, y por el otro, las atalayas de las montañas. Todo lo edificado se articula entorno a cuatro hermosos patios. La Ganesh Pol (foto) es la puerta con la imagen de un elefante que da acceso a las habitaciones privadas, donde el marajá tenía su harén, con ventanas con celosías para mirar sin ser visto. 

Desde las alturas se observan los jardines mogoles, diseñados en forma rectilínea, inspirados en la cultura persa y con estanques y canales. Desde 2013 son Patrimonio de la Humanidad el conjunto de 6 fuertes de las colinas de Rajastán. 

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