lunes, 22 de marzo de 2021

Con la súplica al hombro


Jaipur es la ciudad de los edificios de arenisca roja. Las vacas pasean tan tranquilas por sus calles. Una se me dirigió hacia mí y le tuve que hacer un requiebro. Caminar por las calles de Jaipur mezclados con el tráfico, los rickshaws y la gente, es toda una experiencia. Entramos por callejuelas en las que había tiendas de tejidos, imprentas, papelerías, especias, puestos de bolas de azúcar, pequeños electrodomésticos, máquinas de coser, pañuelos de seda, pulseras y colgantes. El corazón de la ciudad es la llamada Ciudad Rosa (por el color de sus casas). Aquí están el Observatorio Astronómico y el Palacio de la Ciudad.

Cenamos en Laxmi Mishtahn Bhandar. Allí probamos Mix grill sizzler (cordero y pollo a la parrilla) y Zeera aloo (patatas especiadas). Todo ello acompañado de un lassi (batido de leche con cardamomo y pistachos). A la salida del restaurante, vendían dulces y caímos en la tentación de comprar alguna que otra delicia. Está situado en Johari Bazar y data de 1954. También vimos curiosos paseantes portando unos raros objetos colgados de un palo. 

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