miércoles, 31 de marzo de 2021

Agua fría


Nuestros 8 días en la India nos cambiaron la manera de mirar el mundo. Algo sentimos que nos transformó el respirar los aires húmedos y especiados, el contemplar los mármoles y las areniscas rojas, el que nos transportara con su esfuerzo un muchacho en su rickshaw (y nos dejaba a las puertas de un hotel de lujo). 

"No me gustaría vivir en este mundo sino es para ser uno", leímos en Birla House, la casa de Delhi donde vivió Mahatma Gandhi los últimos días de su vida y donde fue asesinado en 1948. El viaje te permite eso: buscar tu identidad, tu lugar en el mundo. Buscando las sensaciones que te conecten con la huella que dejemos: paisajes, olores, músicas, monumentos, sonrisas, palabras lanzadas y no entendidas, sabores. Cada viaje es una experiencia triple: mientras lo preparas, mientras lo realizas y mientras lo recuerdas.

¡Qué rico estaba el gulab jamun (bolas de harina y leche con sirope caliente) que tomamos en  el restaurante Pindi de Delhi! (A la salida, en los soportales, un hombre arreglaba sábanas en una máquina de coser).

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