En el convento de San Antonio de Recife visitamos la Capella Dourada. Es la mejor obra de arte barroco de la ciudad y data de 1697. Oro, azulejos y cuadros se combinan primorosamente en un ambiente que invita a la reflexión. Los relieves de las decoraciones están tallados en madera y recubiertos de láminas de oro tanto en las paredes como en el techo. En el s.XVI llega a Recife la Orden Tercera de San Francisco (la primera era de frailes, la segunda de monjas y la tercera mixta, incluso con seglares) y construyen esta iglesia y convento allá por 1606 para atender a las personas que llegaban por barcos y se apeaban en la isla de Navios. Un molinero donó los terrenos y los franciscanos decidieron darle la advocación de San Antonio de Lisboa (o de Padua). En el s.XVII durante la invasión holandesa, el convento se fortificó y se rodeó de murallas. También tienen aquí un Museo de Arte Religioso.
Los ríos Capibaribe y Berberibe rodean Recife, que se fundó a mediados del s.XVI en un puerto natural rodeado de una barrera de arrecifes. Los holandeses construyeron puentes y, los portugueses, iglesias.
Me he dado una vuelta contigo en tu viaje por el Rajastán, muy paracido al que yo hice. He disfrutado recordándolo y todavía he aprendido un par de cosas que no me contaron.
ResponderEliminarAhora aprendo todo lo que me perdí en mi viaje a Brasil por no ir a Pernambuco. ¡Qué bonito era viajar!