domingo, 3 de agosto de 2014

Sonidos y paisajes




"Como aquellas viejas casonas nuestras que, limpias de telarañas, hacen enrojecer de vergüenza a cualquier rascacielos de hormigón edificado a su lado, Oporto solo necesita que se le limpie el polvo para competir con cualquier otro lugar al que se le quiera comparar".

(Miguel Torga, Portugal, 1950)

La ciudad de las cuestas, de las casas forradas de azulejos, de los cafés y las librerías de hace un siglo, de las tiendas de alimentación donde parece que el tiempo se ha detenido, la ciudad que continuamente se mira al Duero, como dándole gracias de que esté ahí, es un festival de olores y sabores. De sonidos y paisajes. Sardinas asadas y golpes de martelinhos (martillo de plástico), francesinhas (sandwich de carne) y techos forrados en pan de oro, vidas de santos en blanco y azul a cuadraditos y un oporto con un dulce de convento, fuegos artificiales y puentes de hierro que se mueven al cruzar, tripas (callos con judías blancas) y aroma de manjericos (albahaca), la Casa da Música (2005) y la Casa do Infante (1354). La ciudad de las tabernas de la Ribeira y de los edificios elegantes de la Avenida de los Aliados. De museos de arte contemporáneo y de puertas viejas pintadas por artistas callejeros. Puerto y metrópoli, río y mar, arriba y abajo, Oporto es ciudad de mil caras y todas trasmiten encanto y gracia.




1 comentario:

  1. Oporto es todo eso y mas si quieres. En cuanto a lo de quitarle el polvo no estoy muy seguro de que la hiciera mas bella.

    ResponderEliminar