Lo mejor de Oporto es que, a nada que cruces el puente de Luis I, te encuentras con otra ciudad maravillosa para tu disfrute: Vila Nova de Gaia, que te ofrece entretenerte con su ambiente ribereño del Duero (bares y restaurantes) y algo estupendo: las vistas de Oporto desde enfrente. Aquí es donde están las famosas bodegas de vinos de oporto, ese destino que es inevitable conocer para tener que contar algo. Nosotros visitamos las bodegas de Ramos Pinto (fundada por Adriano Ramos Pinto en 1880). Por 5 euros te explican la historia de la bodega conociendo su museo, sus pasillos con toneles, te muestran un audiovisual y, finalmente, te ofrecen una copa de oporto blanco y otra de tinto. Las callejuelas en cuesta de Vila Nova te ofrecen un entorno simpático, pero posiblemente lo más bonito sea el Monasterio de la Sierra del Pilar, fundado en el s.XVI por los agustinos. La iglesia tiene una cúpula circular y, como quiera que está en lo alto de un monte, más bien parece una fortaleza militar: justo lo que es, ya que pertenece al Regimiento de Artillería y hay que pedir permiso a los militares para su visita (por otra parte permitida por formar parte del Patrimonio de la Humanidad). En la foto su delicioso claustro circular.
Ayuda mucho que esa orilla siempre se ve con unos vinitos encima.
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