miércoles, 22 de noviembre de 2023

A la sombra de las muchachas en flor


La segunda parte de En busca del tiempo perdido fue publicada en 1919. En ella, el narrador, un joven de la burguesía parisina que quiere ser escritor nos habla de cómo se enfría la relación con Gilberte, la niña con la que jugaba al marro en los Campos Elíseos pero, a su vez, continúa la admiración que siente por su madre, la Sra. Swann, a la que vigila a distancia en sus salidas por la ciudad. También nos habla de su estancia en Balbec, donde acompañado de su abuela, se instalan en el Grand Hotel para disfrutar del mar y del aire y de alternar con el elegante Marqués de Saint-Loup y su tío el Sr. de Charlus, además de con el pintor Elstir, en cuyos cuadros no hay frontera entre el mar y el cielo. Un lugar donde hay personajes sofisticados de la aristocracia y muchas chicas, entre las que se fija en Albertine.

"...cuerpos hermosos con hermosas piernas, hermosas caderas, rostros sanos y serenos, con expresión de agilidad y astucia. ¿Y acaso no eran nobles y serenos modelos de belleza humana los que veía yo allí, delante del mar, como estatuas expuestos al sol en una ribera de Grecia?"

martes, 14 de noviembre de 2023

Por la parte de Swann


En la primera de las siete partes en las que se divide En busca del tiempo perdido, obra maestra de Marcel Proust (escrita entre 1908 y 1922) aparece el famoso episodio de la magdalena. El narrador, un día anodino, decide tomarse una magdalena mojada en té (algo que no hacía habitualmente) y esa circunstancia -el olor y el sabor- le trasporta a un momento en que hacía lo mismo al visitar a una tía suya y le vienen a la memoria la conversación, la habitación, la casa, la calle y el tiempo pasado. 

En la novela, cuando la familia sale de paseo para rodear Combray, pueden hacer dos recorridos: por la parte de Swann (donde éste -amigo de la familia- tiene su finca), que es una llanura ventosa o por la parte de Guermantes (otro importante apellido de la zona), que va en paralelo al río. Los viajes realizados o soñados, el arte, las reuniones sociales, los libros, el teatro, la música son observados por un adolescente de la burguesía parisina que es testigo o simplemente transmisor de acontecimientos mundanos de poca o mucha importancia. 

jueves, 2 de noviembre de 2023

Picota y fuente


La Picota, el Antiguo Ayuntamiento y la Fuente de D. Joâo V de Castelo Novo, constituyen uno de los conjuntos más elegantes en una plaza que pudimos ver en nuestro viaje por las Aldeias. La picota, del s.XVI tiene una escalinata en forma octogonal, una columna con dibujos en espiral e imágenes vegetales y está coronada por una piña y el escudo real. Era el lugar donde se aplicaban los castigos y se exponía al escarnio público a todo aquel criminal que lo mereciera. De tipología románica, el Antiguo Ayuntamiento es del s.XIII, pero tiene reformas en la época de D. Manuel I, ya que dio carta foral a la población y colocó allí sus emblemas (armas reales, Cruz de la Orden de Cristo y esfera armilar). En la planta baja estuvo la cárcel y, subiendo por las escaleras laterales, arriba estuvo la Cámara Municipal  hasta 1835.

De la época de Joào V (primera mitad del s.XVIII) es la fuente, que presenta forma trapezoidal, con tres caras decoradas y en cada una un florón del que sale un chorro de agua. Está adosada a la fachada del ayuntamiento, incrustada en uno de sus soportales. Detrás del ayuntamiento se puede ver la Torre del Reloj, levantada aprovechando las estructuras de la muralla que rodeaba el castillo. 

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Estelas eternas


La ciudad romana de Egitania está tan integrada en la vida cotidiana de Idanha-a-Velha que, como apoyo en la calle para unos cuantos tiestos, tienen estelas con letras a cada paso que das. Inscripciones y aras conmemorativas que podemos contemplar en gran cantidad en el entorno de la catedral visigoda. Porque este pueblo ha sido romano, suevo y visigodo. Es un pueblo de piedras, pero que cada una -a nada que te fijes- tiene sus letras que eternizan un nombre, una actitud, una circunstancia que queda, efectivamente, grabada para siempre. Alguno de estos bloques eran epitafios, que solían estar en los caminos de entrada y salida. También hay bajorrelieves y restos de columnas. 

"Severo Pinmati filio Severina Sveri filia patri", "Marti Flavius Igaeditanorum Libertus Ariston", "Marco Arconis filio Marcia patri faciendum curavit (se encargó de hacérslo a su padre)"...