"Veía el horizonte cerrado por colinas
obscuras, coronadas de robles y de encinas,
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro arrodillado
sobre la hierba rumia; las márgenes del río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y silenciosamente lejanos pasajeros,¡tan diminutos! -carros, jinetes y arrieros-,
cruzar el largo puente y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del río."
(Antonio Machado, Campos de Castilla, 1910)
Soria del claustro románico de San Juan de Duero, Soria del cerro del Mirón con su ermita y su hotel, Soria del Collado por el que discurre la vida de las tiendas y de las caras conocidas, Soria de las torres de San Pedro, del Espino, de los Condes de Gómara. La mantequilla de la York y el torrezno en el Mesón Castellano. Soria de las 35 iglesias románicas de 1270, Soria de los 35 bares cerca de la Plaza Herradores en 2012, Soria de las castañas asadas en invierno y de los helados de mantecado en verano, Soria de los sanjuanes, Soria del Espolón y de la Dehesa, Soria del Museo Numantino y del chorizo, de las setas y de la tarta costrada. Soria no se puede explicar, hay que vivirla.