domingo, 31 de enero de 2021

Torres


Colombo es la capital comercial de Sri Lanka. Desde que llegaron los portugueses en 1505 y firmaron un acuerdo con el rey de Kotte por el que se comprometían a defender el lugar de los invasores a cambio de tratados económicos. Hoy día tiene unos 750.000 habitantes y es una urbe donde se mezclan la arquitectura moderna y los edificios de la época colonial. La capital administrativa del país está al lado, y es Sri Jayawardenapura Kotte.

En el distrito de Fort se encuentran los hoteles de cinco estrellas, los centros comerciales como el World Trade Centre, los bancos y el edificio de la Secretaría Presidencial. Inaugurado en 1930 frente al mar, cerca de Galle Face, el agradable paseo marítimo de la ciudad. En épocas anteriores fue Parlamento, hasta que en 1982 se trasladó a la nueva capital. Las dos torres gemelas de 152 metros de altura se inauguraron en 1997 y están destinadas a oficinas y comercios. A la izquierda de la foto, el Bank of Ceylon. Colombo es una ciudad en la que conviven templos budistas, hinduistas y musulmanes. 

sábado, 30 de enero de 2021

Agua bendita


En el año 2015 visitamos Sri Lanka. Es la maravillosa isla situada al sur de la India, la tierra del té y la canela, donde se vive la religión budista y que hasta 1972 se llamó Ceilán. Desde el s.XVII hasta su independencia en 1948 fue colonia portuguesa, holandesa y británica. Hoy día es una república.

Entrando en Polonnaruwa, capital antigua del reino, nos encontramos con la estatua del rey Parakramabahu I (1123-1186), cuya devoción entre la población es evidente. Este rey consagró edificios religiosos e impulsó las creaciones artísticas, pero sobre todo es recordado por crear sistemas de regadío como canales y embalses que justificaban su idea de que, por pequeña que sea la cantidad de agua que caiga del cielo, había que aprovecharla en algo útil. Parece ser que lo que sostiene el rey en la mano es un libro (fabricado con hojas de palma), como referencia a la antigua biblioteca existente en la zona (Potgul Vehera). La escultura sería contemporánea a la época del retratado. No pueden realizarse fotos dando la espalda a las estatuas, se considera una falta de respeto.

domingo, 17 de enero de 2021

El sol de la tapia


El Duero marcó el límite entre los pueblos cristianos y musulmanes. La ciudad de Soria pudo ser dominio de Fernán González y de Almanzor. O puede que ni existiera en la época de esas heroicas historias. En la repoblación de principios del s.XII ya había allí un núcleo interesante de edificaciones. Que, con el tiempo, serían protegidas por una muralla que abrazó dos cerros (incluyendo hectáreas para fincas de agricultura y ganadería). 

Según el padrón de Enero 2021, la ciudad tiene 39.821 habitantes. Que viven entre iglesias románicas, bares e instalaciones deportivas. Bajo la sombra de los versos de los poetas del XX ("...de portales con escudos de cien linajes hidalgos..."). Y bajo la sombra, también, de la tapia de un convento, de un cuartel militar o de un parque público (cada siglo tiene su prioridad). Un muro para que las clarisas disfruten del último sol de la tarde, un campo de concentración de prisioneros republicanos, la zona de recreo de estudiantes de ciencias de la salud... La cantidad de suspiros desesperados que habrán dejado su huella al otro lado de esta tapia ayer muralla. Este intramuros de frío y alegría que arrastra, día a día, el devenir pequeño de una ciudad discreta pero valiente. 

sábado, 16 de enero de 2021

A sus órdenes


El 18 de marzo de 1812 el comandante Durán reconquista Soria, que había sido tomada por los franceses. Para ello, ordena destruir muralla, conventos y el castillo (donde se habían refugiado finalmente las tropas invasoras). José Joaquín Durán y Barazabal había nacido en 1754 en Cervera del Río Alhama (La Rioja). Ingresó en el Ejército a los 17 años en el Regimiento de Infantería de Zaragoza y participó en las guerras de Argel, Gibraltar y Rosellón. En 1808 estaba en Ceuta y ya era coronel, pero es destinado inmediatamente a Burgos para participar en la batalla de Bailén contra los franceses, que habían invadido a España engañando a quienes les dijeron que estaban de paso, camino de Portugal. En la batalla de Bubierca fue hecho prisionero, pero cuando le ordenaron dirigirse a Pamplona para prestar obediencia a José Bonaparte, se escapó. En 1810 es nombrado comandante general de la Junta de Soria y, dos años después de Aragón y del Señorío de Molina, que le permitió liberar la ciudad de Soria (no sin antes exigir una fuerte contribución económica a los más ricos). Tuvo  la ayuda de Dionisio Badiola, arquitecto municipal y conocedor del plano de sus calles. Nombrado ya mariscal de campo, fue elegido para presidir la primera Diputación Provincial de Soria en 1813.

Según el teniente general Girón, que lo conoció en 1820 (año en que murió en Madrid), Durán era un "hombre de no mucho alcance en lo moral y en lo físico, pequeño y gordo...alabador de sus propios hechos".

viernes, 15 de enero de 2021

Dos bodas y un funeral


En el año 1375 se celebraron en Soria dos bodas reales, las de los hijos de Enrique II de Castilla. Por un lado la del infante Juan (que luego sería rey como Juan I), que se casa con Leonor, hija de Pedro IV de Aragón. Lo hacen en el convento de San Francisco. Por otro lado su hermana, llamada igualmente Leonor, se había casado unos días antes, con el futuro rey Carlos III de Navarra. En las crónicas de la época, el que sería luego rey de Castilla, se refiere a Soria como "mi ciudad". Juan I fue pretendiente al trono de Portugal; todos los sorianos que le apoyaron en la batalla de Aljubarrota murieron.

Unos meses antes, también en algún lugar de ese convento fue enterrado el rey Jaime IV de Mallorca, después de una agresiva campaña bélica que le hizo retirarse a Castilla. Tanto de este entierro como de las dos bodas, apenas quedan datos, ya que el archivo y el convento entero fueron destruidos en 1812 para que los franceses no se fortificaran allí (solo se salvó la iglesia). Gran parte de la muralla de Soria tuvo igual destino.

miércoles, 13 de enero de 2021

Castillo y judería


La muralla de Soria tenía una anchura de entre 1,70 y 2,50 metros y en muchos de sus puntos superaba una altura de 7 metros. Su trazado estuvo condicionado por los dos cerros que había que proteger. En el del castillo, un gran recinto ocupaba la parte superior del monte, con un lienzo de muralla que bajaba hasta el río Duero y que servía de barrera de protección. Torre del homenaje rodeada de cuatro más pequeñas, graneros, almacenes, aljibe, puertas... A principios del s.XVIII todavía podía contemplarse un impresionante edificio, tal como lo pintó  Juan Antonio Zapata en los frescos de la ermita de San Saturio. Hoy apenas quedan cuatro piedras pero, eso sí, en un parque que rodea el parador de turismo que es uno de los lugares con más encanto de la ciudad.

Las piedras protegían personas y casas, pero también zonas de cultivo y ganado, por lo que en caso de necesidad, la ciudad estaba abastecida. En los alrededores del castillo, según datos aportados por el corregidor de Soria en 1585, hubo trescientas casas de judíos. No vivían en el castillo, sino que desarrollaban labores de defensa de la fortaleza a cambio de libertad de movimientos. La Aljama judía de Soria llegaría a ser una de las diez más importantes en la Castilla del s.XV. Estaría localizada entorno a la actual calle Teatro, que baja desde la zona del castillo hasta la Plaza Mayor (desde Caballeros a Betetas).

domingo, 10 de enero de 2021

Demolición


En el año 1812 el comandante José Joaquín Durán y Barazábal (el jefe de los militares de la zona) ordena destruir la muralla de Soria. Tomada por los franceses en plena Guerra de la Independencia, es la estrategia que se consideró más oportuna para que el enemigo no se atrincherara en la ciudad. Durán venía del triunfo de la batalla de Osonilla (Tierra de Berlanga), un año antes. La última guarnición gala se había refugiado en el castillo, hasta que su ejército vino a llevárselos. La resistencia de la ciudad de Soria ante la llegada de los hombres de Napoleón fue escasa. De hecho, se dieron órdenes de explosionar la muralla ya en 1808, pero el mariscal francés Ney que mandaba en la acción, pensó que era desorbitada la cantidad de pólvora que había que gastar para ello (llegaron incluso a arreglar ciertos trozos estropeados).

Sin embargo Durán pega fuego a conventos y manda minar parte de la muralla (voladura parcial, de momento) para que la ciudad no ofreciera cobijo al invasor. Una vez constituido el nuevo ayuntamiento, también ordena demoler paramentos de la muralla del castillo (foto) y de su torre del homenaje. Se vuela más muralla para inutilizar su uso defensivo posterior. La Puerta de Rabanera fue la última en derribarse, en 1888.

sábado, 9 de enero de 2021

Lejos del río


En el s.XVIII el lienzo de la muralla por la parte oeste (donde termina el collado y comienza la dehesa) es más permeable por el dinamismo que supone el arrabal que allí está creciendo. La cercanía de las tres puertas (Rosario, Postigo y Rabanera) hace que el movimiento entre dentro y fuera sea más fluido. La Puerta del Postigo tiene un torrejón, con un reloj y una campana. La población abandona la cercanía del Duero y se concentra en el collado, foco mercantil y administrativo de la ciudad. También en la Plaza de Herradores, ya extramuros. En la parte este, la del lado del río, hay algunos postigos que comunican la ciudad con molinos y lavaderos de lanas. La lana de oveja merina trashumante era un material muy apreciado. Los jesuitas se establecen en Soria, un incendio devora su colegio, pero inmediatamente levantan otro. 

En las calles Aduana Vieja y Caballeros, la aristocracia local concentró sus palacetes. Mesones, posadas, tabernas y hornos dan servicio a la ciudad. Es la época del desarrollo de los paseos públicos, plantando árboles en las cercanías del Humilladero (la Dehesa de San Andrés). En el cerro del Mirón, la antigua ermita románica se convierte en otra barroca y se alza, delante, una estatua de piedra con la figura de San Saturio.

viernes, 8 de enero de 2021

Sobre condes y monjas


En el s.XVI algunas de las iglesias románicas del s.XII se estaban cayendo a pedazos. Es entonces cuando comienzan a construirse espectaculares edificios barrocos y platerescos. San Gil se convierte en Santa María la Mayor, San Martín de Canales en el Convento de la Merced (donde pasó sus últimos años Tirso de Molina), Santa María de las Cinco Villas en el Convento del Carmen (fundado por Santa Teresa de Jesús), Ntra. Sra. de Covaleda en Santa María del Espino y el claustro de San Pedro pierde un ala para levantar la majestuosa Concatedral. Se empiezan a construir casas adosadas a la muralla (en la ronda exterior) y se edifica también en estilo renacentista el Palacio de los Condes de Gómara. Estos señores poderosos (los Ríos y Salcedo) fueron mecenas de las monjas clarisas y les levantaron un monumental convento (al otro lado de la muralla de la foto). Durante la guerra civil española, esos dominios fueron una cárcel de represión y, después, un cuartel militar. Afortunadamente ahora es un parque público. El Portillo de Santa Clara o la Puerta Nueva fue la última en abrirse, posiblemente en el prodigioso s.XVI sobre un portillo ya existente.

Las clarisas llevan en Soria desde 1286. Actualmente tienen monasterio al lado de la iglesia de Santo Domingo y, a través de su torno, venden unos exquisitos dulces. 

jueves, 7 de enero de 2021

Hidalgos y cuadrillas


En el año 1256 Alfonso X había concedido a muchas ciudades castellanas el Fuero Real, entre ellas a Soria. En él se viene a decir que solo al rey le corresponde legislar, es el que designa los cargos públicos de acuerdo a las alianzas de vasallaje. También crea el Concejo de la Mesta, una especie de asociación de ganaderos que acabó convirtiéndose en una gremio que movió muchos intereses en la Edad Media. Por su parte los hidalgos forman Los Doce Linajes, una agrupación de gobierno de la ciudad. Su símbolo es doce escudos de apellidos entorno a la figura a caballo del recordado rey Alfonso VIII. La trashumancia se convierte en un factor de riqueza al mover continuamente animales y personas de aquí para allá. En el s.XVI llegan las cuadrillas, el Común, la división de Soria en barrios que componían el gobierno del pueblo llano.

Es en este siglo cuando las murallas sirven para controlar las epidemias, a la manera de un control médico para todo el que entrara o saliera. La ermita del Mirón, barroca, se construiría después, pero sobre restos de una edificación románica (el ábside donde ahora está la sacristía nos remitiría a esa época). 


miércoles, 6 de enero de 2021

Puertas y postigos


A finales del s.XIII Soria tenía un puñado de iglesias preciosas y una espléndida muralla que protegía sus cerros y su collado. Había 7 puertas y un postiguillo. 

La Puerta del Puente estaba nada más cruzar el Duero, al lado del Convento de San Agustín. La Puerta de Nájera estaba, lógicamente, en la carretera de Logroño, al final del Paseo de la Florida. La Puerta del Rosario, delante de Santo Domingo. La Puerta del Postigo, en El Collado, donde Puertas de Pro continúa en Claustrilla. La Puerta de Rabanera, en la esquina de Alberca con Caballeros. La Puerta Nueva, al final de Alberca, llegando al Convento de Santa Clara. Finalmente, la Puerta de Valobos, en el Cementerio. A estas puertas hay que añadir el Postiguillo que se encontraba en el Paseo de San Prudencio, frente al Soto Playa.

De todas estas entradas, no queda nada. La imagen de la foto corresponde a otro postiguillo, el llamado de San Ginés, al lado de las ruinas de la iglesia del mismo nombre que, como estaba construida anteriormente, motivó que la dirección de la muralla diera una ligera curva para integrarla en su zona de protección. Cerca de aquí, también un pequeño postigo (mitad tapiado, mitad con rejas) que comunica con el solar del antiguo convento de San Agustín.

martes, 5 de enero de 2021

35 parroquias


En el año 1134 Soria pasa de ser aragonesa a ser castellana. El rey Alfonso VII de León y de Castilla la conquista para su causa, aprovechando que el rey de Aragón murió sin descendencia y aquello fue algo así como a río revuelto, ganancia de pescadores. Su nieto Alfonso VIII nace aquí y fue el que le dio caché a la ciudad. Mientras tanto, se empiezan a construir iglesias (románicas). A comienzos del s.XIII Soria debía ser una maravilla, tanto que el rey Alfonso X el Sabio hizo un Censo en 1270 para dejar testimonio de las 35 parroquias (edificios religiosos unos más hermosos que otros) que componían la población. Pero los ataques feroces de Sancho VII el Fuerte de Navarra a lo largo de ese siglo dorado, hicieron reflexionar a Sancho IV (hijo del Sabio) de que había que construir una muralla, que era lo que estaba de moda en toda ciudad que se preciara de categoría.

Así nacieron los 4.100 metros de muralla que rodeaban la ciudad (había que arropar las dos cumbres que vigilan el collado donde estaban las casas). Construida en mampostería y sillarejo, apenas quedan restos de la misma, pero el tramo al lado del Duero desde el convento de San Agustín hasta la ermita del Mirón está siendo restaurado en estos momentos en un ambicioso plan municipal que cambiará la imagen de la ciudad cuando se observe por ese lado.

lunes, 4 de enero de 2021

Tierra de frontera


En el principio no había nada. Bueno, cerca de aquí, en los abrigos de las rocas del monte Valonsadero, los pastores expresaron con dibujos esquemáticos hace cuatro mil años sus inquietudes artísticas. Después vendrían los pueblos celtíberos que dejaron vasijas (generalmente rotas) allá por el 133 a.C., año en que el imperio romano vio como Numancia prefirió morir a dejarse esclavizar. Visigodos (el anacoreta Saturio en el s.VI) y árabes (Almanzor perdió el tambor en el año 1002) pasaron deprisa y corriendo. Tierra de frontera entre cristianos y musulmanes, tuvo que llegar en 1119 el rey aragonés Alfonso I el Batallador para repoblar lo que hubiera de ciudad (una fortaleza discreta en lo alto de un cerro) para que Soria comenzara su andadura en la historia.

Este rey lo fue de Aragón y de Pamplona. Y con la excusa religiosa empezó a apoderarse de todas las ciudades que encontraba en su camino. Tras conquistar Zaragoza, llegó a duplicar la extensión de su territorio. Dejó como heredero de lo logrado a Dios, concretamente a las órdenes militares (templarios, hospitalarios y Santo Sepulcro). A su muerte, se separaron los dos reinos.