martes, 27 de diciembre de 2011

Jubrique

A medio camino entre Estepona y Ronda (Málaga), en mitad de la Serranía se halla el delicioso pueblo de Jubrique, con sus casas blancas, ocupando los escalones de una montaña. Fue precisamente en esos escenarios cuando en 1494, en plena campaña contra los moros, perdió su vida el capitán Alonso Aguilar y casi todo su ejército. Destaca en la plaza de Andalucía la iglesia parroquial de San Francisco de Asís, del s. XVI (en otros tiempos mezquita musulmana), de nave rectangular y con una torre pórtico de remate octogonal. Tradicionalmente el pueblo tenía una importante industria de molinos de aceite y fábricas de aguardiente. En los alrededores abundan los castaños. Comimos en el Mesón La Pozuela una sopa de picadillo (pan, huevo y jamón en trocitos), un solomillo de venao (como suena) y unas castañas al brandy. Pedimos para beber mosto, un vino fuertecillo que es muy típico de la zona. En los alrededores, el valle del río Genal ofrece unas vistas entre las sierras realmente espectaculares. No tienes nada más que asomarte hacia los exteriores del pueblo. Nos resultó realmente curioso el Quiosco de la Crítica, un balconcillo donde ver y ser vistos, el típico lugar observatorio de la vida cotidiana del pueblo. Sus calles en cuesta fueron el paseo ideal de una estupenda tarde de diciembre (para rebajar el venao y el mosto, fundamentalmente).

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